Una fabula metafórica

Érase un pueblo de gente sana donde la gran afición de su juventud era la vida sana y el hacer footing, todo el mundo salía los días de buen tiempo, incluso aquellos días de mal tiempo a correr por las calles de este maravilloso pueblo, la gente era feliz y todos vivían sanos en buena armonía…. ¿todos? No mas bien había un pequeño grupo de personas insanas, amantes de la buena mesa y el mejor beber, que odiaban a muerte el correr y aquello que sonara a vida sana.

Pero hete aquí que este pueblo, gobernado por unos mediocres analfabetos y acomplejados, hijos de la memez de lo políticamente correcto, tenían las calles y aceras del pueblo que daban pena… un adoquín sobresaliendo del firme, un socavón, calles sucias llenas de tierra donde la gente resbalaba… un autentico desastre…

Pasaban los años y la población del pueblo crecía, y cada vez eran mas y mas los que salían a correr y hacer footing, y también eran mas aquellos del buen yantar que cada vez abundaban mas… y un problema empezó a acontecer en el pueblo, y era que la gente, con el pavimento cada vez en peor estado y sin mantenimiento alguno, empezaba a caerse, y a contusionarse… la casa de socorro del pueblo se encontraba a menudo llena de gente que se había caído, unos por tropezar, otros por caer en una zanja, y los moratones eran cada vez mas y mas graves, hasta que un día, uno de los deportistas, corredores de toda la vida, resbaló en un montón de tierra suelta, con tal mala fortuna que tropezó con uno de los mandamases de aquella facción de gente de la buena mesa y poco ejercicio y ambos cayeron y fueron contusionados.

Aquello llevó a un gran tumulto, la minoría de gente de la buena mesa, acusaba de salvajismo a los amantes del footing, los llamaban “asesinos” y los despreciaban como locos ya que culpaban las caídas al ir corriendo, y que cada vez que alguien tropezaba, si iba andando la contusión era menor que si iba corriendo, y empezaron a sacar estadísticas, y estudios, y gráficas donde se demostraba que todo aquel que fuera mas deprisa del trote cochinero, que por cierto era lo mas que podían correr los señores del poco ejercicio y mucho yantar, era un autentico loco que ponía en peligro la integridad de las personas.

Esto llegó a los mandamases del pueblo, y el alcalde, haciendo campaña de poca justicia pero muy políticamente correcto, escuchó a esa minoría de gente que culpaba de todo mal a aquellos que desde hacía años venían practicando el buen y sano deporte de la carrera… Y ni corto ni perezoso comenzó a sacar una serie de leyes.

1. Queda prohibido el hacer footing en todo el recinto del pueblo.
2. La velocidad máxima a la cual se podrá correr es el trote cochinero, y únicamente por las calles principales.
3. En las calles secundarias, el paso se rebajará a 1 paso por segundo.
4. En calles estrechas, se prohibirá el ir más deprisa que un anciano octogenario con cachimba.
5. Para el cumplimiento de estas leyes, pondremos todos nuestros efectivos a vigilar que se cumplan estas normas, aunque descuidemos otras funciones, siendo severamente castigados aquellos que los incumplan.

Los deportistas quedaron desamparados, y protestaron, protestaron mucho alegando que la culpa de la mayoría de las contusiones en el pueblo eran producidas por el mal estado del pavimento, de los socavones y de la mala gestión de las obras públicas, pero esto cayó en saco roto, el alcalde alegó que con su medida había logrado bajar considerablemente el índice de siniestralidad, y que ahora entraba mucha menos gente que antes en la casa de socorro.

Y la vida continuó en este pueblo, la gente del corto caminar iba por las calles a su paso cochinero, despacito y obesamente comodones por medio de las calles, empujaban, tropezaban dado su gran grado de torpeza, ya que el ejercicio les era totalmente ajenos a su persona, y ahora ocurría que a veces, de vez en cuando, estos “buenos ciudadanos” tropezaban y hacían caer a algún conciudadano suyo, contusionándole con algún adoquín saliente y teniendo que ingresar en la casa de socorro. Pero ellos, como iban despacito, andando a paso tortuga, se consideraban unos “excelentes peatones” y los choques y empujones eran simplemente porque “el otro andaba muy deprisa”.

Y la vida seguía, los amantes del footing, en su gran mayoría tuvieron que aceptar las nuevas leyes, porque sus flojas economías no les permitían pagar esas enormes multas que el alcalde ponía a todo aquel que superara el trote cochinero. Y la gente, esta gente deportista y sana, poco a poco, al no poder practicar su actividad preferida fue poco a poco perdiendo facultades, y poco a poco fue engordando, y poco a poco fue perdiendo fondo físico, y al final, resultó que se volvieron tan tan torpones, como aquellos de la buena mesa hemos hecho referencia.

Pero el alcalde se vanagloriaba de los maravillosos resultados estadísticos que había conseguido, había logrado bajar las contusiones en un 30%, porque ya la gente no se caía por hacer footing en esos socavones y adoquines mal salidos… no, ahora la gente se caía por torpona, se caía por no tener agilidad, se caía porque al volverse torpes, empujaban a su conciudadano, y este que no era mucho mas ágil que ellos, caía al suelo…

Recordando algunas de las campañas de este alcalde:
– Haciendo footing no se salva nadie.
– El footing es la primera causa de caídas en el pueblo.
– Quien supera el trote cochinero, desprecia la vida de su vecino.

Y así acaba el cuento… donde las caídas se han reducido, y donde un pueblo sano se ha convertido en un pueblo borrego, donde todos van a trote cochinero, donde el alcalde se ha hecho rico…… Y DONDE LOS SOCAVONES, ADOQUINES MAL SALIDOS, ARENILLA, FIRME DESASTROSO…. SIGUEN EXACTAMENTE IGUAL QUE AL PRINCIPIO DEL CUENTO….

MORALEJA

¿Le suena esto a alguien? Como dicen… cualquier parecido con la realidad es… tristemente cierto porque no estamos solucionando el verdadero problema, no atajamos que los muertos en carretera se producen por una conducción “torpona” de la gente, por unas vías mas que deficientes, y por una atención médica al lugar del accidente patética.
Si nos fijamos en … si, el de siempre, Alemania, ¿Cómo es posible que con sus NO limites de velocidad tengan muchos menos muertos? Es simple, es simplemente abrir los ojos… seamos sinceros ¿Dónde se están produciendo los muertos? ¿en las vías de alta velocidad o en las carreteras secundarias? Y de estos accidentes ¿Dónde verdaderamente está la velocidad como causante del mismo? Porque en las vías de alta velocidad los accidentes son mucho menores, entonces ¿Por qué ese afán de limitar y llenar las vías rápidas de radares si no es para la recaudación? ¿Por qué no se enseña a conducir mejor? Porque ya puedes llenar las carreteras secundarias de todo lo que quieras, que si el “torpón” de turno no sabe adelantar, al final, algún día, la acabará liando… y ahí es donde muere la gente… acordémonos del reciente caso del todo terreno contra un autobús… ¿Dónde estaba ahí la velocidad?

Dejémonos de pamplinas, y hagamos como en Alemania, una sanidad de asistencia en carretera con una flota de helicópteros, una asistencia rápida, déjense de pensar con la cartera y gastarse el dinero en estupideces como helicópteros con radares láser para cazar ¿el que? ¿al pobre padre de familia que a lo mejor va a 140? Váyanse a la porra señores… ¿en que se gastan todo el dinero que recaudan?¿en comilonas y Audis A8 para que el Sr.Navarro se pasee pasándose por el forro sus propios límites?

Ah, seguro que ahora me dicen que eso es muy caro y no hay dinero… ¿quiere que les diga como poder financiarlo? Muy sencillo, en vez de cobrarme un impuesto de circulación que les estoy pagando este año 200€ por NADA… a mi no me importaría no solo pagar 200, sino 300€ al año si se que si tengo la mala suerte de tener un accidente, un helicóptero vendrá rápidamente en mi auxilio, y que en no mas de 20 minutos voy a tener asistencia médica… así que piensen en recaudar para salvar vidas, no para llenarse los bolsillos… Con una medida así, les puedo asegurar que el número de víctimas bajará escandalosamente, porque en Alemania ya lo han hecho, con un resultado excelente.

En fin, moraleja, mas de lo mismo… somos unos amantes del “footing” dando todo tipo de razones, y nuestros dirigentes, incluso estoy convencido que hasta el Sr.Navarro en su intimidad, nos daría la razón, pero como estamos en un mundo de bambalinas, un mundo de lo políticamente correcto, pues siempre, saldrán ganando los 4 “amantes del buen yantar social” que nos llamarán locos, y asesinos…

Lo digo con tristeza, pero es verdad… señores, a mi se me está empezando a olvidar conducir, me distraigo mucho… “de no hacer footing” me estoy aborregando… y siento que algún día, acabaré como los “borregos del trote cochinero”.

5 ideas en “Una fabula metafórica

  1. Yo antes era como tú, pero acabé aborregado, y por lo visto mi coche también. Después de haber sufrido un accidente, no volvimos a ser los de antes. No por la buena mesa, sino porque temía que el viejo Renault Clio no podía ofrecer ya un gran rendimiento después del golpe.

    Eso si, para liberar mi estrés, el martes fui a hacerme casi toda la A-381 (unos 80 km) a unos 150 de media para llegar a casa a tiempo, y acabé rompiendo el motor al estilo Fórmula 1, con humareda blanca y todo.

    Diez meses de carnet, ni una multa, ni un punto retirado, y ahora estoy sin coche. Qué bien. Aunque lo mío es distinto a lo que expone el cuento. Si consigo otro coche mejor, a ver qué historia traigo.

  2. Yo llevo conduciendo 24 años… en todo este tiempo mis velocidades medias siempre han sido muy superiores a los «teóricos límites» seguros de la DGT, al principio como tú mis coches no eran nada del otro mundo, coches de segunda mano cargaditos de años donde ir a 140 comenzaba a ser una aventura… pero a partir de los años 90, comencé a tener coches potentes, y mis velocidades en autovía superaban fácilmente los 160.

    Según al DGT yo ya tendría que estar muerto varias veces, sin embargo en estos 24 años solamente he tenido un par de accidentes, todos en ciudad y todos de chapa y todos muy tontos (vamos, que me dieron por culo, una vez en un ceda el paso y otro en un semáforo) y nada mas… ni un «casi me mato», y eso que posiblemente ya esté cerca de 1 millón de kilómetros sobre mis espaldas.

    En cuanto a multas, es gracioso pensar que desde el año 84 hasta el año 2000 no me pusiero nunca ninguna… en el año 2000 me cazaron a 174, pagué 40.000pts de las de entonces y a correr… sin embargo, desde el 2004 me pusieron una a 145 con mi forfi (manda webos después de llevar mas de 20 años a altas velocidades) y otra a 150 con mi mondeo…

    En fin, solo decir que desde el 2005 hasta ahora, he tenido muchiiiiiiiiiisimas situaciones de riego, que desde el 84 al 2005… ¿por que? no lo se, será que la gente conduce peor, será que la gente va aborregada, será que me hago viejo… o quizás que cuando vas por carretera, inconscientemente vas pensando mas en «que me van a pillar en un renuncio» que en la próxima curva que te viene.

    Lo dicho en mi artículo.. beeeeee beeeeeeee beeeeeee….

  3. @Pericogonoperro: Segun el Pere tu eres un peligro que te has salvado porque has tenido muchisima suerte y tienen que quitarte el carnet cuanto antes. NO lo digo por decir, en unas declaraciones de hace tiempo dijo eso cuando le preguntaron que que pasaba que gente que antes no habia tenido multas en muchos años ahora las estaba teniendo.

  4. Alvaro, entonces… QUE CANTIDAD DE TIOS CON SUERTE HAY SUELTOS POR EL MUNDO… y que cantidad de gente tiene mala suerte… Nada, decidido… me tocará la primitiva porque si después de 24 años y 1 millón de kilómetros no he tenido ningún accidente y solo es debido a mi buena suerte… es que soy el tio mas afortunado del mundo… yo y un montón de gente como yo que igualmente le pasa lo mismo.

    Sin embargo cuantos hay que tienen mala suerte, cuanta maruja y marujo buenos conductores, respetuosos de los límites que tienen las esquinas del coche llena de golpes, que suelen dar una média de 10 partes al año, que haciendo 5000Km al año y en 5 años han dejado 2 coches siniestro… que mala suerte tiene… pobrecitos, si son los mejores conductores del mundo…

    Sr.Navarro… la suerte, como la velocidad, es otro de los factores que intervienen en los accidentes, pero en un accidente,ni todo es velocidad, ni todo es suerte… Solamente puedo decir que usted es ton… digo, que desconoce este mundo, o se hace el loco para justificar su política represiva… ummm… me quedo con lo segundo.

  5. Hola Pericongonoperro, me ha gustado tu cuento, muy real. Yo soy también un tío con mucha suerte como tú. Llevo 38 años conduciendo y nunca he tenido accidentes y me ha gustado y me gusta correr. Sólo «heridas de guerra» me dieron un golpe en el garaje y otro en un cruce por pasarse un semáforo en rojo. En cuanto al ejemplo alemán es cierto y en cuanto a la dgt nazi de tráfico también incluyo a pere navarro. Gracias, aunque como expresa el refrán en éste país » mal de muchos consuelo de tontos» pero en fín sabemos que no estamos sólos.

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