Los cinco sentidos en la conducción

La atención es una parte fundamental en la conducción, y es que las distracciones provocan un 60% del total de los accidentes junto con el exceso de velocidad y el consumo de alcohol. Para lograr mantenernos alerta hay una serie de consejos que conviene tener en cuenta.

Uno de los factores que afecta notablemente en la conducción es la personalidad, ya que las personas extravertidas son más propensas a las distracciones, pero también influyen la fatiga, la depresión o el sueño, ya que provocan falta de atención y riesgo en la conducción. En definitiva, para evitar las distracciones al coger el volante hay que poner los cinco sentidos.

Vista: Sentido fundamental en la conducción

Según las investigaciones de la DGT, un tercio de los siniestros se producen por distracciones visuales del conductor. En la conducción existen factores visuales fundamentales, como la agudeza visual, la visión estereoscópica (tres dimensiones), el campo visual (amplitud de visión lateral), la resistencia del ojo humano al deslumbramiento y, especialmente, la adaptación a la oscuridad. Las dificultades de visión, sobre todo en horas de escasa visibilidad, son un importante elemento desencadenante de despistes y errores en la conducción. La agudeza visual en visión nocturna se reduce un 70% y el sentido de la profundidad es siete veces menos eficaz que durante el día.

Oído: El complemento de la vista

El oído participa en la conducción como complemento fundamental de la visión, ayudándola a situar los estímulos en el tiempo y el espacio, además de manteniendo el equilibrio. Cabe señalar que la pérdida de audición disminuye la captación de estímulos y el vértigo, pudiendo causar fallos atencionales, perceptivos y distracciones.

La corrección auditiva está permitida tanto para conductores profesionales como no profesionales, y actualmente no es obligatorio llevar audífonos de repuesto durante la conducción. Lo que la DGT recomienda es que durante el período de adaptación al audífono se evite la conducción o se reduzcan la horas al volante. En la conducción hay que evitar ruidos, como la radio a todo volumen en el interior del vehículo, así habrá menos distracciones.

Los conductores con pérdida auditiva combinada con o sin audífono superior al 45% deben llevar espejos retrovisores a ambos lados del vehículo e interior panorámico. Los conductores profesionales con o sin audífono de más del 35% de pérdida combinada no podrán obtener o prorrogar el permiso de conducción. Además, más del 25% de los mayores de 65 años presentan deterioros auditivos significativos.

Olfato: Los mejores olores para conducir

El olfato influye en la parte del cerebro destinada a las operaciones lógicas y actúa sobre los sistemas emocionales. Según un estudio del doctor Bryan Raudenbushque, el olor a fresa o a pino reduce la agresividad al volante, mientras canela o hierbabuena menguan distracciones y fatiga, y también aumentan la concentración respecto a la ausencia de olor. Las fragancias de camomila, jazmín y lavanda, empleadas para luchar contra el insomnio, son una combinación muy peligrosa. Estas sustancias relajan el cerebro de los conductores, lo que puede llevar a dormirse al volante. Igual de peligroso es el olor a comida rápida o pan, ya que despiertan el apetito y la conducción se vuelve más agresiva y rápida. Por otro lado, el olor a café o a limón aumenta la concentración del conductor.

Gusto: Cómo afecta la ingesta de determinados productos

Se puede pensar que el gusto no tiene por qué afectar a la conducción. Pensamiento erróneo. Quizá no el gusto como tal, pero sí la ingesta de alimentos u otros productos. Más que sabido es que las sustancias psicotrópicas y el alcohol son dos de los factores que más accidentes provocan. Pero también hay otras sustancias peligrosas. Así, los fármacos causan entre el 5% y el 10% de los accidentes. Aunque parezca un número reducido, Sanidad advierte que un tercio de los conductores sigue tratamientos farmacológicos.

Los ansiolíticos son de los medicamentos más peligrosos a la hora de conducir. Provocan sensación de cansancio y reducen la capacidad de reacción. Es el efecto de las benzodiazepinas, cuyo índice de riesgo es similar al del alcohol (pueden provocar alteraciones psicomotrices y sedación). Este compuesto está presente en los fármacos para tratar cuadros de pánico, dolor muscular, nerviosismo, insomnio o ansiedad. Los medicamentos para la alergia también son peligrosos. A sus síntomas más comunes, se suman los que provocan los fármacos, cuyos efectos secundarios influyen en los reflejos, provocando desde visión borrosa hasta dificultad para calcular distancias.

Pero también la comida y bebida pueden provocar distracciones. Hemos visto los efectos de los olores, ¿pero su ingesta? En los trayectos largos es conveniente disfrutar de una alimentación ligera, rica en proteínas y vitaminas, evitando los excesos de grasas y calorías, que provocan somnolencia.

Tacto: Hay que tocar el volante

El tacto no afecta directamente en la conducción, pero si existe la necesidad de llevar las dos manos en el volante, para, en caso de un imprevisto en carretera, poder reaccionar a tiempo.

También es importante sentir que espalda y cabeza están apoyados totalmente en el asiento y reposacabezas. A través de la espalda sentimos los extraños que pueda hacer nuestro vehículo (principalmente sobreviraje y subviraje) y podemos anticiparnos, evitando de este modo accidentes.

Fuente: Comisariado Europeo del Automovil

Autor: Otros
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