La velocidad: un negocio redondo para la DGT y el gobierno

A mis oídos ha llegado que en los nuevos presupuestos generales para el 2010 ya se contempla una partida de ingresos proveniente de las multas de tráfico, aunque desconozco la cifra exacta, si me imagino que será una cantidad nada despreciable.

Nuestros esperpénticos gobernantes ya han decidido de antemano que disponen de ese dinero para lo que consideren necesario, lo cual resulta de por sí cuanto menos inmoral, por no decir que es algo peor que eso.

Ahora bien, ¿cual creen Uds. qué será la infracción más habitual, dentro del variado abanico de posibilidades que existe?… Sin duda que La Velocidad. ¿Por qué?. Pues porque ya lo decidieron hace tiempo.

La velocidad se ha convertido en una posibilidad real de sacar dinero fresco cuando lo necesiten, el descuento pronto pago, -ya sea del 30, 40 o 50%- no hace sino confirmar este argumento. No se trata aquí de imponer una sanción preventiva para evitar futuras infracciones, no, se trata de “ pague Ud., pero si además paga rápido le hacemos descuento” , “así evitamos que maree Ud. la perdiz con su recurso, (¡ qué pesadilla!), y el dinero llega rápidamente a nuestras manos”. Y dirán muchos: “al menos así pagas menos”, pero esto sólo es cierto en parte porque al hacerle la “rebaja” , -y siempre que Ud. acepte- ellos han comprado su derecho legítimo a la defensa y además, si necesitan sacar más dinero no se preocupe, ¡qué lo sacarán!, ya sea a otro infortunado/a, ya sea a Ud. mismo/a en otra ocasión.

La velocidad es la infracción que ellos han escogido como “piedra angular recaudatoria” de la carretera por las siguientes razones:

1ª-Un vehículo que va más rápido que otro/os siempre es más fácilmente detectable que un Sr./a. que este hablando con un móvil en una carretera llena de tráfico, (por citar un ejemplo comparativo).

2ª-Hoy en día, cualquier automóvil, ( ya sea el más caro o el más barato) puede superar la velocidad indicada como máxima en las señales de tráfico que por desgracia, padecemos en este país.

3ª-Ya tienen montado todo un tinglado de rádares y otros artilugios distintos, como los medidores de tramo y el nuevo superhelicóptero que parece, está por llegar, y lo que vendrá, (si Dios no lo remedia). Y este material es caro, y lo querrán amortizar, y requeteamortizar, si les viene en gana.

4ª-Los “cuatro locos de siempre”, que van a velocidad supersónica -y pretenden además mantenerla en todo momento-, les sirve a estos srs. de justificación para continuar tratando a todos los demás por el mismo rasero y proseguir con esta lamentable “caza de brujas” a la que nos someten en la carretera.

Además utilizan las siguientes artimañas para recaudar más fácilmente:

1ª-Las señales de limitación de velocidad indican en muchos casos velocidades a la baja o incluso muy a la baja, y más teniendo en cuenta las condiciones particulares de aquella vía u otras en general. Ej.: en una carretera nacional en buen estado y de gran amplitud nos aparecen continuamente esas señales absurdas de velocidad máx. 80 por obras, pero pasas por ahí y de obras nada de nada. Sí ya finalizaron las obras, ¿qué hace allí la señal, inútiles? , y si aún siguen en obras, bueno, ¡no me extraña nada que las obras no se acaben nunca en este país!. Básicamente porque casi nunca veo a nadie trabajando. Si no hay obras en ese momento, (en la carretera, ojo) y dicha carretera esta libre y en buen estado, al menos, ¡tapar la señal, imbéciles!, para que podamos seguir
circulando a la velocidad habitual que rige en esa carretera. ¿No?.

2ª-Estas últimas señales son las que aprovechan en muchos casos para instalar justo a continuación el radar móvil de turno. ¡Una trampa alevosa!.

3ª-Colocan sus rádares fijos a menudo justo después de la nueva prohibición de velocidad que en estos casos siempre es a la baja, y sin dar tiempo apenas para reducir sino es con técnicas de frenazos más o menos buscos. ¡Alevoso, peligroso, lamentable
y vergonzoso!.

Por otra parte en ningún momento tendrán en cuenta los siguientes factores, -que yo si considero importantes-, a la hora de valorar y aplicar unos determinados márgenes de tolerancia sobre los límites máximos permitidos de velocidad:

Que todas las personas no somos iguales ni física, ni psíquica, ni emocionalmente hablando, y respondemos o actuamos de forma diferente ante las mismas situaciones. Ejemplo: una persona en estado depresivo seguramente conducirá más lentamente de lo normal, mientras que otra más vitalista tendrá una tenencia innata a pisar más a menudo el acelerador y no por ello debería considerarse un delincuente o un infractor. Si acaso lo será si no adecua su velocidad a la vía en que se halle, o a los vehículos que se encuentren a su alrededor, o ante posibles situaciones de peligro, etc. No Sres., el hecho de superar en algo la velocidad que Uds. han decidido como máx. permitida legalmente no le ha de convertir a uno en un delincuente de la carretera, ¡qué es lo que Uds. nos quieren hacer creer!, ¡y así justifican cobrarnos por ello!.

¿Y si una persona, que no ve demasiado bien, pero conduce, (las hay, lo saben Uds.) circula a 120, la velocidad máx. permitida en autopista, y un día determinado tiene un accidente porque no vio con claridad que tenía delante una retención, por ejemplo, ¿eso qué es?… ¿Daños colaterales?, no lo sabremos nunca porque Uds. no nos lo van a contar, ¡eso está clarísimo!. Esta persona no infringió la ley, (según Uds.), sin embargo yo creo que sí, pero Uds. no tienen previsto nada al respecto…¿Verdad?…

Aquí lo que pasa es qué Uds. simplifican las leyes, y luego las utilizan para su propio beneficio, y nos quieren medir a todos por el mismo rasero, y que seamos una sociedad de borregos, (que ya lo es, en muchos ámbitos), y ¡hala!. Además se montan Uds. un “tingladito sacacuartos” con el tema de la velocidad, y así, además de robar muchos de Uds. de las arcas públicas, (¡y no veo que les pongan multas!, ¡qué raro!), nos roban ahora también en la carretera. ¡Váyanse al infierno!.

Y el latrocinio continua… ¿Y quién los detendrá?…