Las nuevas turboglorietas no piensan en los peatones

Las turboglorietas aumentan la seguridad vial y la capacidad de las rotondas convencionales, están diseñadas para conseguir una mayor movilidad y velocidad en el tráfico, pero no parece que vayan a facilitar la vida a los peatones.

¿Dónde está la diferencia?

Lo primero es que la turboglorieta suprime la preferencia del carril exterior. En esta nueva modalidad, todos los carriles tienen utilidad. Su trazado hace que se utilicen también los interiores; es decir, tienen un trazado definido, de manera que si uno quiere salir en la primera salida, debe ir por el carril exterior y si va a coger la segunda salida debe ir por el interior. Pero, aunque ahora también puede hacerse así en las rotondas convencionales, en las nuevas, el conductor selecciona el carril antes de acceder a la turboglorienta y ese carril no le facilita cambiar de opinión. Cada carril guía al conductor hacia la salida elegida previamente.

Este diseño hace que se eviten los golpes laterales entre vehículos que están circulando por la misma glorieta y quieran cambiarse de carril.

Críticas en el simposio

Aunque el diseño de carriles obliga a que se utilicen también los carriles interiores y eso absorba mayor volumen de tráfico en circulación, no a todo el mundo le han gustado las turboglorietas.

Vicente Torres, profesor del departamento de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Valencia y experto en movilidad urbana, ha manifestado que la imagen de la turboglorieta, de la que se ha hablado en el IV Simposio Internacional de Diseño Geométrico de Carreteras, organizado por la Universidad Politécnica de Valencia, «vale más que mil palabras». Este experto confía en que no lleguen a proliferar. «Pintada en un entorno urbano, se observa que las aceras son ínfimas, e incluso desaparecen. No hay a la vista pasos de peatones. Es un entorno ajeno a los peatones y a la idea de ciudad».?

El profesor Torres cree que «no resulta extraño que la preocupación aparente de los organizadores sea cómo permitir mayores velocidades, tanto en autopista como en las rotondas o glorietas, cuando está de sobra demostrada la responsabilidad de la velocidad en la cantidad y la gravedad de los accidentes».?

La tendencia en urbanismo empieza a ser la contraria: ensanchar las aceras, dar prioridad a las zonas peatonales en los espacios urbanos, reducir la velocidad, estrechar los pasos para vehículos y poner resaltes, de manera que los vehículos se vean obligados a circular más despacio.

Fuente: El Mejor Seguro de Coche

Autor: Otros
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