¿Sabemos con quien circulamos?

Este es un hecho trágico y sobrecogedor, pues es el vivo ejemplo de la falta de humanidad que puede llegar a mostrar un ser “humano”, un hecho que nos hace avergonzarnos de nuestra propia condición. Con sucesos como el que se va a exponer quizá deberíamos reflexionar sobre si sabemos realmente con quién estamos viajando.

Los hechos ocurrieron el 15 de diciembre de 2006, a las 22,30h aproximadamente en la autovía S-10 perteneciente a la Comunidad Autónoma de Cantabria. Cuatro amigos, todos ellos árbitros de fútbol de de la región, cuyas edades estaban comprendidas entre los 18 y los 26 años, salieron de un acto de celebración del Colegio de Árbitros de Cantabria y se disponían a cenar en una localidad cercana a Santander.

En el trayecto, el conductor del vehículo, Adrián García Barquín, de 21 años de edad, circulaba con una tasa de alcohol que duplicaba la máxima permitida, además conducía de manera temeraria adelantando por la derecha al menos a dos vehículos y haciéndolo a una velocidad de 150km/h cuando el límite de velocidad del tramo era de un máximo de 80 Km/h.

Esta conducta hizo que Adrián acabara perdiendo el control del vehículo, saliéndose finalmente de la vía tras chocar con los guardarrailes y dando varias vueltas de campana hasta que el vehículo se detuvo a 63 metros de distancia de la carretera.

Se salvaron él y el copiloto, José Ángel García Bedía de 18 años de edad. Sin embargo, los dos ocupantes de los asientos traseros salieron despedidos a través de la luna trasera en una de las vueltas de campana que dio el vehículo.

En uno de los vehículos que habían sido adelantados momentos antes por el vehículo accidentado viajaba un bombero de la localidad, quien decidió ir a ayudar.

En medio de la oscuridad se adentró en la marisma de Alday en busca de posibles supervivientes. A lo lejos y rodeado de la más absoluta oscuridad encontró a Adrián y José Ángel, ambos dijeron que estaban bien. El bombero les preguntó si había alguien más con ellos en el coche, a lo que Adrián le contestó que sólo viajaban ellos dos, por ello ni los servicios sanitarios ni de emergencia acudieron al lugar de los hechos.

También bromeó ante los agentes de la autoridad que le hicieron la prueba de alcoholemia, al afirmar: “Joder, es la sexta vez que me pillaban con un accidente”. Con tan solo 2 años de carné, Adrián ya se había visto implicado en 6 accidentes de tráfico.

Al día siguiente, el personal de grúas de la localidad fue a recoger el vehículo accidentado y se encontraron con la dramática escena, constatando que en el lugar de los hechos había dos personas más y que estás habían fallecido. Por casualidad, el bombero que les ayudó la noche anterior volvió a pasar por el lugar de los hechos, constatándo “in situ” la gran mentira de Adrián.

La autopsia ha determinado que una de las víctimas falleció en el acto, pero que el otro, según el propio médico forense,“Es posible que a la llegada de la fuerza policial al lugar del accidente uno de los viajeros hallados a la mañana siguiente aún se encontrara con vida”, por lo que de haber alertado a los servicios de emergencia sobre su presencia pudo haberle salvado la vida.

Recientemente el Juzgado de lo Penal nº 2 de Santander ha dictado Sentencia, condenando a Adrián a 4 años de cárcel por dos delitos de homicidio imprudente en concurso con los de conducción temeraria y de lesiones y 2 años más por el delito de omisión del deber de socorro. Asimismo, deberá indemnizar con 159.400 Euros a los padres de las víctimas y al hermano de uno de ellos. ¿Es quizá una pena demasiado leve para alguien que ha dejado morir a sus amigos?.

Autor: Otros
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1 idea en “¿Sabemos con quien circulamos?

  1. Y a esta gente le importa un web los radares de navarro pero los ponen como ejemplo para seguir multando al conductor asesino peligroso que tiene la inmoralidad de ir a 80 en zona de 70 o que al rascarse la oreja pone en peligro la vida de los demás y por eso lo tienen que multar por hablar por un teléfono móvil que no existe.

    Con que facilidad confunde el PSOE la seguridad con la prohibición y la coacción, y mientras en vez de educar a la gente y crear un ambiente donde los jóvenes se crien aprendiendo respeto y cultura automovilistica, ellos dan su ejemplo a golpe de audi A8 saltandose todas las reglas existentes.

    Nada Camarada Comisario, ya tiene usted la excusa para instaurar el toque de queda y sacar a las tropas de la dictadura del proletariado a las caller, por nuestra seguridad que de seguro reducirá la tasa de crímenes en el país. Luego como en la DGT empezarán los registros ilegales, las detenciones injustificadas y la perdida del derecho de presunción de inocencia, ya lo está haciendo en la DGT ¿Por que no seguir haciendolo en lo demás?

    La tiranía comienza con pequeños detalles y muchas veces tintados de «democraticos», o sino que se lo pregunten a los Alemanes con Hitler en 1933.

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