Para aumentar la seguridad vial se debe mejorar la recogida de datos

Uno de los temas vitales para la mejora de la seguri­dad vial depende de la información que recogen los partes de accidentes, puesto que de ahí se pue­den extraer conclusiones para los planes estratégicos futuros. Sin embargo, para tener esa información y poder utilizarla habría que empezar por actuar sobre la recogida de datos. Hemos hablado, en nuestra habitual ruta de entrevistas a directivos del motor, del tema con el director general de la Fundación Instituto Tec­nológico para la Seguridad del Automóvil (Fitsa).

-¿Es tan importante la recogida de datos?
-Es el inicio de todo, de cualquier acción que se pretenda para mejorar la seguridad vial, porque aquello que no se conoce, que no se puede medir, difícilmente puede solven­tar problemas. Es necesa­rio conocer bien un proble­ma, cuantificarlo, y la reco­gida de datos es lo que hace. En un accidente, el procedimiento ha de ser exhaustivo y recoger infor­mación que, aunque no parezca tener relevancia, pueda después favorecer la aparición de estudios que redunden en la disminu­ción de accidentes.

-¿Se puede mejorar la recogida de datos?
-Existen formularios y procedimientos de recogi­da de información que uti­lizan la Guardia Civil y la Policía Municipal en toda España, a excepción de Cataluña y País Vasco, donde tienen asignadas esas atribuciones. Estos procedimientos son sus­ceptibles de mejora y, ade­más, no siempre están uni­formizados, no utilizan los mismos la Guardia Civil, la Ertzaintza o los Mossos. Y no siempre se pueden com­parar bien los datos, al hacer estudios entre regio­nes, porque son diferentes en algunos puntos o utili­zan distintos criterios.

-¿Hay otros obstáculos?
-Quizás la mayor limitación ahora es la de los medios. La Guardia Civil tiene los medios que tiene, pueden rellenar una serie de cam­pos limitados y son un per­sonal limitado. No puede desplazarse un equipo para hacer una investigación en profundidad, el equivalen­te a los forenses de otros casos, para hacer medicio­nes de deformación de los vehículos, de distancias de frenado o fotografías del entorno. Eso es inviable, porque no hay recursos. En la mayoría de los accidentes lo que se hace es una reco­gida en un parte oficial, con sus limitaciones lógicas. Sólo cuando el accidente tiene una relevancia espe­cial, por su gravedad, por ejemplo, acuden grupos de investigación en profundi­dad de accidentes de la DGT.

-¿Qué medidas se podrían tomar?
-Vectores para mejorar hay, por supuesto. Como suge­rencia básica, yo establece­ría un equipo, integrado por distintas entidades españolas, que trabajando con el Observatorio de Seguridad Vial de la DGT, hiciera un diseño de los partes de recogida de infor­mación. El equipo podría elaborar un formulario mejor que el actual, que procede del histórico que se ha ido seleccionando, cosas que se han ido aña­diendo… Sería un buen momento para hacer un formulario más completo, quizás no más amplio, pero sí mejor. La acción, a corto plazo, sería muy positiva.

-¿Qué opina de la políti­ca de seguridad vial que se está realizando?
-En política de seguridad vial ha habido un antes y un después de la actual DGT, desde que se creó el Observatorio, que es la punta del iceberg de una serie de cambios que ha habido. Existe un recono­cimiento a la labor que se ha hecho. Pero la lectura es hasta aquí, porque se debe mejorar. Siempre hemos propuesto que se hicieran planes de seguridad vial científicos, porque no vale reaccionar ante lo que pasa. Se deben hacer pla­nes bien meditados y docu­mentados. La DGT, en los últimos años, ha pretendi­do hacer planes de seguri­dad vial basados en fuen­tes de informaciones diver­sas, entre ellas la accidentología. Es necesa­rio estudiar los accidentes de España, porque la tipo­logía de los accidentes de EE UU o de Francia no tiene nada que ver.

-En cuestión de acciden­tes, ¿le preocupa que la crisis afecte a la renova­ción del parque?
-Sí. Los planes de renova­ción de flotas son muy beneficiosos y nuestros estudios demuestran que un vehículo con más de 10 años de antigüedad tiene más del doble de probabili­dades de sufrir un acciden­te, por lo que un descenso de la tasa de renovación es una mala noticia para la seguridad vial, dado el correlato directo con la accidentalidad.

-¿Se debería incidir en la accidentología?
-La DGT no debería perder el momento, el impulso. Se dan cuenta de que quizás se están acabando los pla­nes que han hecho, las mejoras que está habiendo, ya que el número de vícti­mas no mejora igual, ahora hay meses que aumenta y otros disminuye. Y no deben olvidarse de la acci­dentología, porque si no haces investigación acci­dentológica en tu país y te basas, como hacemos ahora, en lo que se ve en otros países, al tratar de adaptarlo pierdes mucha capacidad de reacción y objetividad.

Fuente: Intereconomia

Autor: Otros
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