Un aplauso a la red de recarga para coches eléctricos

Soy muy crítico con el nuevo Gobierno Vasco y especialmente con Patxi López, incapaz de liderar y de transmitir un mínimo de personalidad a su Ejecutivo. Pero hay algunas cosas que se están haciendo bien y que merecen un aplauso y continuidad en el futuro. Y una de ellas es, sin duda alguna, la red de recarga de vehículos eléctricos.

Aunque todavía no sabemos si realmente triunfará el coche impulsado por energía de la red, la labor de las instituciones consiste precisamente en poner todas las facilidades necesarias para que funcione una tecnología que tiene diversas ventajas sociales. Y uno de esos requerimientos previos es la red de recarga que justifique la compra de un coche eléctrico.

Así lo justificaba recientemente el Gobierno Vasco:

«(no se venderán coches eléctricos) si el potencial usuario tiene la sensación de que sólo puede circular en el entorno de su domicilio pues no dispone de puntos de recarga que le permitan recorrer distancias largas. Es por ello que se estima necesario para los primeros años el instalar puntos de recarga con mayor celeridad que la venta de vehículos, tratando de mitigar esta sensación de inseguridad en los potenciales usuarios de vehículo eléctrico y animando con ello a la compra de este tipo de coches.»

Con ese fin, el Gobierno Vasco creó hace un año, a través del EVE, una sociedad conjunta con Repsol para instalar para 2030 hasta 70.000 puntos con enchufes. En principio en Euskadi, pero también, y esto también me parece muy interesante, en otros lugares en los que surjan oportunidades comerciales.

Para ello, Ibil, que así se llama la nueva sociedad, está firmando acuerdos con fabricantes de coches, como Peugeot o Renault-Nissan, y con empresas que tienen flotas de vehículos y lugares por los que transita mucha gente. Uno de los más destacados es Eroski, que ya ha instalado puntos de recarga en varios de sus supermercados, además de las propias entidades dependientes del Gobierno Vasco. La propia red de gasolineras de Repsol es otro objetivo obvio de Ibil.

No hay datos de uso de los primeros puntos de recarga, que se supone que a finales de este año superarán los 80 en la CAV, pero es de suponer que no son muy altos. Fundamentalmente, porque todavía hay pocos coches eléctricos. Eroski es probablemente el que mayor flota tiene en Euskadi, por lo que resultaba un socio lógico para Ibil. Que el ejemplo de la cooperativa de consumo se extienda entre otras empresas creo que es solo cuestión de tiempo y espero que los políticos sean coherentes, al margen de quien gobierne Lakua en cada momento.

De todas formas, mientras tanto hay cosas que creo que se pueden mejorar:
– Transparencia absoluta. El Gobierno Vasco no empezó bien cuando ocultó el contrato con Repsol, pero puede mejorar las cosas si hace públicos los datos de uso de los puntos de recarga. Serán bajos, pero no hay que avergonzarse de ello. Es una guerra a largo plazo, siempre que no se pretenda usarla en el marketing político, claro está.

– Colaborar con otras instituciones para que se creen sistemas de alquiler de vehículos eléctricos, también conocido como car-sharing. Ibil ha decidido impulsar este sector con una empresa propia, lo que no me acaba de convencer. Creo que la cooperación inter-institucional es clave y eso pasa por ceder el protagonismo a los demás, tal y como está haciendo Iberdrola con los acuerdos que suscribió con las diputacoines de Gipuzkoa y Bizkaia. Es preferible también que haya muchas iniciativas privadas como Ibilkari a la enésima pública.

– El coche eléctrico resulta ideal para desplazarse desde casa hasta un párking disuasorio donde se puede enlazar con una línea de transporte público, con lo que Metro Bilbao, EuskoTren y Renfe deberían ser socios privilegiados de Ibil. Confío en que se esté trabajando en esta línea.

Hay algunas empresas que son icono del ahorro energético. En Silicon Valley, por ejemplo, Google tenía ya hace dos años un aparcamiento repleto de enchufes. Sé que Iberdrola está haciendo algo al respecto. Una buena táctica sería cerrar acuerdos con firmas como Gamesa o Sener para que sus parkings sean modélicos.

– Sellar acuerdos con los ayuntamientos para instalar puntos de recarga en los centros urbanos y que esas plazas estén reservadas para vehículos eléctricos. Más o menos como ocurre con los aparcamientos para minusválidos. Creo que eso fomentaría el uso de los mismos de manera espectacular. No solo porque sus propietarios sabrían que así tienen más posibilidades de aparcar en el centro sino también porque serían muy visibles.

– Empezar a plantearse medidas regulatorias que pasen por la prohibición total de utilizar vehículos de gasolina en el centro de las ciudades. Es lógico que en un futuro más o menos próximo solo puedan entrar a determinadas zonas los coches eléctricos, además de las bicicletas. Una medida similar sería permitir el tráfico de vehículos recargables por los carriles-bus.

Fuente: CyberEuskadi

Autor: Otros
Noticias variadas de fuentes diversas, relacionadas con tráfico o seguridad vial, se cita enlace a noticia original.

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