La Dirección de Tráfico realiza un estudio sobre el efecto del deterioro cognitivo en la capacidad de conducción

La Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco ha patrocinado un proyecto de investigación destinado a estudiar el efecto del deterioro cognitivo que sufren personas afectadas de daño cerebral adquirido en su capacidad de conducción. El trabajo ha sido realizado por el doctor en Psicología, neuropsicólogo, y profesor de la Universidad de Oviedo, Igor Bombín y coordinado por Prometeo Innovations. El estudio pone de manifiesto que las alteraciones cognitivas pueden limitar la capacidad de conducción de una persona con plenas facultades físicas y visoperceptivas, y fija las bases para diseñar un protocolo de evaluación fiable.

El término daño cerebral adquirido (DCA) se refiere a una lesión adquirida de un cerebro que hasta el momento había tenido un desarrollo normal. Las dos principales causas son los traumatismos craneoencefálicos y los accidentes cerebro vasculares o ictus. Las funciones afectadas abarcan el aparato motor, sensorial, el funcionamiento cognitivo, las habilidades comunicativas y la capacidad para regular la conducta y las emociones.

Cuando, a consecuencia del DCA, la incapacidad o dificultad para conducción está motivada por déficit físicos o motores son fácilmente identificables y existen ayudas técnicas o adaptaciones del automóvil que posibilitan la conducción.

Sin embargo, las alteraciones cognitivas o intelectuales también pueden dificultar la conducción segura y el problema radica en que los test psicotécnicos requeridos para la obtención y renovación del permiso de conducción no siempre son sensibles a estas alteraciones cognitivas. Actualmente, no hay un protocolo de evaluación que permita discriminar a las personas con alteraciones cognitivas que sean capaces de conducir con seguridad con respecto a las que no lo son.

Para buscar una solución a este problema, la Dirección de Tráfico, con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Daño Cerebral de Euskadi (FEATECE) puso en marcha un proyecto de investigación en el que han participado 60 personas voluntarias.

Valoración neuropsicológica, prueba del simulador y evaluación de conducción

Los participantes fueron sometidos a tres evaluaciones diferentes. En primer lugar, se diseñó una prueba de conducción para su ejecución en un simulador (que contiene un asiento, volante, pedales y palanca de cambios, como los de un turismo). Se realizó en un entorno virtual para poner a prueba las posibles alteraciones cognitivas que afectan a la capacidad de atención, velocidad de procesamiento de la información, control ejecutivo y multitarea.

Además, se les hizo una extensa valoración neuropsicológica que recogiera las habilidades cognitivas relacionadas con la conducción eficaz. Y por último, hicieron una prueba de conducción real en un vehículo de doble mando, con la colaboración de un profesor de autoescuela.

Se consideraba que la evaluación del profesor era el criterio final y definitivo y que la valoración en el simulador y la valoración neurosicológica deberían predecir ese mismo resultado, ya que la finalidad era conseguir esa fiabilidad sin necesidad del profesor de autoescuela, para que, en base a ese protocolo, los médicos u otro profesional cualificado puedan decidir sobre la capacidad o no de conducción segura.

De los 60 participantes, el 40% (24 personas) fueron valoradas por el profesor de autoescuela como NO aptas para la conducción segura. La causa principal para la incapacidad era la presencia de las mencionadas alteraciones neuropscológicas. La dificultad para valorar la gravedad de su déficit por los propios afectados queda patente en el hecho de que la mayor parte de las personas evaluadas como no aptas estimaba que sí lo estaban y 16% manifestaba que conducía de forma habitual.

Las pruebas neuropsicológicas pusieron de relieve que las personas con DCA no aptas para la conducción presenta un mayor grado de afectación cognitiva en áreas como velocidad de procesamiento, atención y memoria. En el simulador se comprobaron diferencias significativas entre aptos y no aptos al menos en cuatro variables relacionadas con la eficiencia en la conducción y la adopción de medidas arriesgadas.

La selección en las pruebas y el simulador ha permitido diseñar un modelo de clasificación. Según cinco variables procedentes de ambas valoraciones, se puede clasificar a un sujeto con una fiabilidad (refiriéndose a la concordancia con el criterio del profesional de la autoescuela) del 75,6%.

Impulsar el análisis del marco legal

Félix Samaniego Salazar, Presidente de FEATECE, ha señalado la importancia del estudio y la colaboración de su entidad, que ha aportado tanto profesionales de apoyo a la investigación como personas afectadas participantes en el mismo. Ha recalcado igualmente el interés que tiene la Federación en que dicho estudio sirva para, en un futuro, llegar a establecer una herramienta fiable que posibilite la valoración de la capacidad cognitiva para conducir.

La directora de Tráfico, Amparo López, por su parte, ha declarado que “trabajar en la prevención y para ello, profundizar en el conocimiento, es uno de los principales objetivos de la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco. Y en esta línea nos pareció fundamental profundizar en un problema que afecta a familias que cuentan con un miembro que ha sufrido un daño cerebral y a las que el marco legal no les da garantías suficientes de seguridad. El estudio nos ha puesto de manifiesto que estos momentos los test psicotécnicos que se realizan a los afectados no son suficientes para evaluar las alteraciones cognitivas que afectan a una conducción segura. Por ello, desde la Dirección de Tráfico queremos impulsar el análisis exhaustivo del marco legal y su posible reforma, con el fin de garantizar una evaluación suficiente, que permita mantener la autorización para conducir con garantías de seguridad tanto para el afectado como para terceros».

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Autor: Trafikoa
La Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco es el órgano encargado de elaborar y gestionar las políticas de seguridad vial en la Comunidad Autónoma del País Vasco. La Ertzaintza es la policía autonómica del País Vasco, comunidad autónoma española. Fue creada en 1982 con Carlos Garaikoetxea como lendakari, en desarrollo del Estatuto de Guernica. Es heredera de la Ertzaña constituida por el Gobierno Provisional del País Vasco durante la Guerra Civil Española en desarrollo del Estatuto de Autonomía de la Segunda República. Es una de las cuatro fuerzas y cuerpos de seguridad españoles de carácter autonómico, junto a los Mozos de Escuadra catalanes, la Policía Foral de Navarra y la Policía Canaria. Se denomina ertzaina (‘cuidador del pueblo’) a cada uno de los 8000 agentes del cuerpo y ertzain-etxea (‘casa de ertzainas’) a las comisarías. La policía vasca tiene su base central en Erandio y dispone de 25 comisarías repartidas en las distintas comarcas del País Vasco, así como distintas oficinas de atención al público como la del Aeropuerto de Bilbao (en Lujua, Vizcaya) y las del centro de las capitales. Otras bases importantes son las de Iurreta, Arcaute (Vitoria), que es también la academia donde se forman los policías vascos, y Berroci. Actualmente, la Ertzaintza tiene la consideración de «policía integral» del País Vasco. Es titular de todas las competencias en materia de orden público, seguridad ciudadana, tráfico y juego y espectáculos de la autonomía. También ejerce labores de lucha antiterrorista, investigación y policía judicial. El cuerpo depende del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco.

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