Límites de velocidad: inacabable demagogia

Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha. Así está actuando el Gobierno en lo relativo a los límites de velocidad. Primero nos ponen el caramelo de subir los límites en autovía y autopista, pero al final lo que hacen es reducirlo en carreteras convencionales.

Es bien cierto, como vengo denunciado desde hace años en mi blog www.elantirradar.com, que las carreteras secundarias concentran la mayor parte de los accidentes con víctimas; accidentes que, además, son más graves que en las vías desdobladas. Pero es que, además, las cifras de siniestralidad han dejado de caer a ritmos de dos dígitos, y esto preocupa en la DGT.

Por eso se descuelgan ahora con este anuncio, mientras la subida de los límites en las autovías sigue «en estudio». Lo que no está tan claro es que bajar el límite en vías convencionales sea la panacea para bajar la siniestralidad. La razón es bien sencilla y figura entre los propios datos oficiales de la DGT: la velocidad no es causante de los accidentes en ese tipo de vías.

Y, digo yo, si se está «estudiando» dónde se puede subir o no la velocidad en autovías, ¿por qué no se estudia seriamente dónde sería adecuado bajarlo en las carreteras secundarias? Me parece que algunas cosas se «estudian» mucho y otras no se estudian nada. Quizá habría antes que preocuparse por el estado de las carreteras o por el alarmante envejecimiento del parque automovilístico.

Al final, van a ser ciertas nuestras sospechas de que subir el límite en autovías va a ser una especie de compensación por el pago que nos van a imponer por el uso de estas vías, y no el resultado de ningún «estudio». Al tiempo; el cóctel demagógico, que creíamos superado con la salida de Pere Navarro, vuelve a agitarse con fuerza.

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