Por ciudad a 30 km/h, una iniciativa que viene de Europa

Unas ciudades más seguras, gratas y saludables, con una velocidad de circulación máxima de 30 km/h es lo que pretenden cuatro organizaciones españolas. Para ello, tendrán que conseguir un mínimo de 50.000 firmas antes de un año para que esa petición sea llevada al Parlamento Europeo.

Con ese empeño, Andando, Conbici, Ecologistas en Acción y Stop Accidentes ponen en marcha en España una Iniciativa Ciudadana Europea iniciada, en el verano de 2011, por la alemana Heike Aghte de extender el límite máximo de 30 km/h en las zonas residenciales urbanas de la Unión Europea.

La campaña pretende reducir la siniestralidad vial, rebajar la contaminación y estimular el uso de modos de transporte más sostenibles. La idea pinta muy bien, pero si les parece, analicemos las propuestas.

Ciudades para peatones y ciclistas

El objetivo de la Iniciativa Ciudadana Europea consiste en conseguir un millón de firmas en toda la Unión Europea, incluyendo las 50.000 firmas en el Estado español. Para ello, dicha campaña dispone de una web común (la versión en castellano está en http://es.30kmh.eu/) en la que se volcarán los contenidos generados y desde la que se puede firmar directamente.

Señales por verkade

Las cuatro organizaciones, representantes de asociaciones de peatones, ciclistas, familiares de víctimas de accidentes de tráfico y del ecologismo social, comparten la necesidad de reducir la velocidad en nuestras áreas residenciales. Además, se basan en cuatro motivos sobre la conveniencia de limitar la velocidad urbana máxima a 30 km/h:
Reducir el número de atropello en ciudad

Se reduciría el número de personas atropelladas cada año en nuestras ciudades. Si bien es cierto que se ha reducido el número de muertes en el tráfico interurbano, por el contrario el número de personas muertas en ciudades (la mayoría peatones atropellados) se mantiene similar durante la última década. Resulta por tanto necesario actuar lo antes posible en nuestras ciudades para conseguir reducir el número de víctimas.

Como sabemos los atropellos de peatones son un tipo de accidente bastante habitual en casco urbano. No son tan graves como los ocurridos en vía interurbana pero si la velocidad del vehículo ronda la velocidad máxima permitida de 50 Km/h, las consecuencias pueden ser muy negativas. Hay que tener en cuenta que existen grandes avenidas a las entradas y salidas de las ciudades donde a los conductores, a pesar de la buena señalización, les sorprenden los cruces semafóricos y los pasos de peatones. Son los llamados puntos de concentración de accidentes que si no se cumple la señalización de velocidad establecida, dudo que se cumpla una reducción de la misma. No obstante, la limitación a 30 km/h minimizaría aún mas los daños en caso de no poderse evitar el siniestro.
La marcha a pie y en bicicleta como alternativa

Se favorecerían los modos más sostenibles, como la marcha a pie y en bicicleta. La mayor disuasión en nuestras ciudades para que las personas anden o vayan en bicicleta no es otra que el peligro provocado por la circulación de automóviles a velocidades elevadas. A 30 km/h o menos, por el contrario, el peligro disminuye considerablemente y más gente se anima a pasear o pedalear.

No cabe duda de que para ir al centro es mejor utilizar la bicicleta. Un vehículo económico que permite muy buenas prestaciones por ciudad ya que nos traslada fácilmente a puntos que con el vehículo de cuatro ruedas sería casi imposible. Las limitaciones o restricciones sobre el paso de vehículos se hacen cada vez más habituales para dar mayor fluidez al tráfico y al mismo tiempo permitir el comercio por calles que antes no eran peatonales. Además, sobre el uso de la bicicleta se preven reformas para incentivar su uso y que, por supuesto, se traducen en una mejor movilidad siempre y cuando las medidas sean compartidas entre todos los usuarios de la red vial.

Zona 30
Con menos contaminación, la vida es más saludable

Se reduciría el ruido provocado por los automóviles y –gracias a la mayor proporción de desplazamientos a pie o en bicicleta y de las menores aceleraciones de los automóviles– se reduciría la contaminación del aire de nuestras ciudades, sin olvidar la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero. Todo esto llevaría a ciudades menos contaminadas, y por tanto más gratas y saludables.

La limitación de velocidad no consiste en reducir la velocidad de nuestro vehículo con el pedal de freno. Para entendernos, la velocidad con marchas largas puede permitir circular a baja velocidad siempre cuando mantengamos un equilibrio entre la velocidad de marcha y la propia que nos pida el motor. Siempre se ha dicho que un motor silencioso, al no ser ruidoso, da la sensación de que contamina menos. Si además, conseguimos reducir en CO2 y partículas de humo evitamos la contaminación.
Si bajamos en consumo, ahorramos energía

Disminuiría el consumo de combustibles de automoción, lo que implicaría una mejora en nuestro balance comercial y un ahorro en recursos financieros que se podrían dedicar a otros fines sociales (sanidad, educación, etc.)

Por otro lado, no podemos esperar a que se nos pare el motor, en el caso de ir a poca velocidad pero tampoco podemos aumentar las revoluciones con una marcha corta si vamos acelerados. Si aplicamos la regla de la conducción eficiente, ahorramos energía y en consecuencia ahorramos en consumo, es decir, si vamos a 20 km/h, la marcha ideal es ir en segunda; si vamos a 30 km/h, podemos ir perfectamente en tercera y si alcanzamos una velocidad superior lo ideal sería ir aumentando de marcha (cuarta, quinta o sexta) en vehículos con marchas manuales.

Pues bien, puede que sea una buena iniciativa pero creemos que dicha limitación de velocidad a 30 km/h debe ir reforzada por otras medidas como, por ejemplo, con reductores de velocidad en la vía, mejora en el mobiliario urbano, en cuanto a, dar mayor visibilidad a los peatones y bicicletas. También sería interesante tener en cuenta una posible regulación peatonal circunstancial, es decir, valorar la intensidad de vehículos así como el número de viandantes por las zonas urbanas. Peatonalizar calles no es reducir el paso de vehículos ya que estos estarían obligados a trasladarse a otras vías haciéndolas, por tanto, más inseguras.

En definitiva, reducir la limitación de velocidad establecida en nuestras ciudades de 50 km/h a 30 Km/h puede evitar circulaciones peligrosas en calle conflictivas. Puede ser un límite ejemplarizante por el hecho demostrable que en caso de siniestro se minimizan los daños. Pero no nos olvidemos de lo más importante, como es, promover un cambio de actitud en los conductores para que puedan asumir por convencimiento propio de dar respuesta a una mejora en cuanto a seguridad vial, aunque sea pisando el freno. ¿no os parece?

Fuente: Circula Seguro

Autor: Otros
Noticias variadas de fuentes diversas, relacionadas con tráfico o seguridad vial, se cita enlace a noticia original.

2 ideas en “Por ciudad a 30 km/h, una iniciativa que viene de Europa

  1. No me parece mal que po gan el límite a 30 en las ciudades.
    Habría que preguntarle al tio que pescaron hace poco en Gijón a 170 en zona de 50 a ver si está de acuerdo.

  2. Que decir… si y no, ya de por sí hay calles en las grandes ciudades que es imposible circular ni a 30Km/h, sin embargo limitar la Castellana o una vía similar a 30Km/h es de un disparate que asusta, sobre todo si como me temo la medida va más encaminada a «recaudar» que no a salvar vidas.

    Quizás lo que habría que atajar es el problema de los atropellos y ver el motivo por el cual se producen, quizás nos encontremos que el problema no es que los coches vayan a 2 por hora sino que los peatones se conciencien del peligro de cruzar de cualquier manera, que nos ciclistas se conciencien que no pueden ir haciendo eses entre los coches o en medio de un carril a 5 por hora, o a los abuelos que no se puede cruzar de cualquiera manera por cualquier sitio alegando «ya pararán» como hacía mi difunto abuelo.

    Por eso cada vez que veo una de estas medidas «de buena voluntad» no puedo pensar que detrás de todo siempre hay lo mismo, saquearnos los bolsillos imponiendo límites absurdos e inasumibles de velocidad alegando seguridad.

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