La octava edición del Rallye Internacional Rallyestone arranca en Bilbao el viernes 3 de mayo, con la participación de más de 50 vehículos clásicos que forman parte de los mejores equipos de la especialidad, tanto estatales como extranjeros. La reconocida carrera se ha presentado hoy en el Hotel Meliá Bilbao, con la presencia de Martín Cubillo, secretario general de la Real Peña Motorista de Vizcaya (RPMV); Sabin Anuzita, concejal de Euskera, Cultura y Deporte del Ayuntamiento de Bilbao; y Rubén Rodríguez, director del Hotel Meliá Bilbao, patrocinador de la prueba.
Organizada por la Real Peña Motorista de Vizcaya (RPMV), el Rallyestone es un prueba de coches clásicos (con 25 años de antigüedad o más) que, por su dureza y recorrido, resulta única en su categoría en todo el Estado. Tiene la categoría Internacional, otorgada por la Federación Internacional de Vehículos Antiguos, y se rige según sus normas. La carrera premia al coche más regular y entraña una gran dificultad: los controles de paso son secretos, los participantes conocen el punto de partida y de llegada, pero no el recorrido entre ambos.
El Rallyestone supone una oportunidad única para ver en acción vehículos míticos como el Lancia Stratos (coche vencedor del Campeonato del Mundo en 1974, 1975 y 1976), varios Porsche 911, Lancia Fulvia HF Fanalone (vencedor del Campeonato Internacional de Fabricantes en 1972), Audi Quattro (varios campeonatos del mundo en los años 80), Mini Cooper (icono del automovilismo y vencedor del Rally de Montecarlo en 1964, 1965 y 1967), Alfa Romeo Giulietta Sprint, MG B, Opel Manta, Ford Capri y Seat 124, entre otros. La carrera ha alcanzado la plena consolidación tras las siete ediciones anteriores y mantiene una importante inscripción de participantes a pesar de la crisis. La prueba, año tras año, atrae a un número creciente de participantes y seguidores.
Más de 50 pilotos con sus copilotos participan en esta edición. Los vehículos serán equipados por la organización con el sofisticado sistema de cronometraje electrónico “Blunik”, que marca el tiempo de paso por cada punto de control mediante infrarrojos con una precisión de décimas de segundo, lo que permite establecer las penalizaciones de forma automática y precisa.
