Según un estudio de Tecnologías de la Información y Redes para las Entidades Aseguradoras -Tirea-, en 2015 se produjeron 1.792.294 accidentes leves en España, lo que supone un incremento del 3,3% con respecto al 2014. Esto contrasta con los datos ofrecidos por la DGT, la cual señala que el número de víctimas mortales en el cómputo global de los accidentes de tráfico no era tan bajo desde el año 1960.
Como consecuencia principal de este aumento de siniestralidad leve figuran el mayor uso del vehículo -fruto de la mejora económica española- y el abaratamiento del carburante. De hecho, en las únicas comunidades autónomas en las que han descendido los choques de chapa entre vehículos han sido Galicia y Ceuta. El recuento de estos accidentes se expresa en siniestros por cada 100.000 habitantes, donde la media española fue de 3.844.
Concretamente, se situaron por encima de ésta las comunidades de Cantabria -4.924-, Baleares -4.827-, Canarias -4.223-, Andalucía -4.177-, Galicia -4.157- y Extremadura -3.864-; es decir, zonas donde es más frecuente el uso del automóvil debido a la dispersión de su población. En el extremo opuesto de la balanza se encuentra Aragón, que aunque fue la comunidad en la que menos golpes sucedieron proporcionalmente a su número de habitantes -2.942- ha sido la que más ha aumentado el número de accidentes leves comparado con 2014 -un 7,80%-.
