Pese a tener cara de no haber roto un plato en su vida, parece que la corrupción llega a todos y todas y este viernes pasado nos hemos enterado de que dimitía María Seguí despues de que se hubieran abierto una serie de investigaciones sobre financiaciones ilegales y contratos a dedo. En fin, que le vamos a hacer, nada que extrañar ya que raro era que la DGT no estuviera metida en algún escándalo.
El Ministerio del Interior tiene abiertas una seria de investigaciones con motivo de unas presuntas financiaciones ilegales en la que está implicada la Dirección General de Tráfico y su ya ex-directora María Seguí. El escandalo se destapó tras hacerse público que la Universidad de Zaragoza, lugar de trabajo del marido de María, Francisco López Valdés, habria presuntamente recibido una serie de inyecciones económicas gentileza de su mujer María Seguí. La denuncia ha sido posible gracias al antiguo superior del marido de María, Juan José Alba.
Estos hechos han sido la gota que ha colmado el vaso de una cadena de corrupciones que comenzó con el amaño de los cursos de recuperación de puntos que se concedían a las autoescuelas, cursos que en mi opinión venían oliendo a alcantarilla desde hacía ya bastantes años. Estas autoescuelas parece que se escogían a dedo en un escandalo de magnitudes astronóminas destapado tras una serie de escuchas que tambien implicó a la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) la cual acabó con el despido de Marta Carrera, Subdirectora de Formación Víal.
María sustituyó a Pere Navarro y desde entonces ha tenido decisiones muy cuestionadas, personalmente opino que incluso algunas de auténtico chiste y que además daban a entender que presuntamente no era una persona adecuada para el cargo. Varios expertos del sector han opinado que el mandato de María ha sido “un mandato de parálisis”.
Pere Navarro, su antecesor en el cargo, no es que haya sido alguien que nos haya gustado demasiado, pero algo hay que reconocerle, alguien vendrá que bueno te hará, en este caso María ha hecho bueno a Pere (que ya es decir) y sobretodo un detalle, Pere nunca acabó mezclado en ninguna mierda.
Al final me da a mi la sensación que el mandato de María Seguí ha sido mas bien el mandato de un lobo con piel de cordero, esperemos que quien la sustituya en el cargo no siga la ya clásica tendencia en la casta política y volvamos a decir lo mismo, que alguien vendrá que hara buena a María Seguí.
Teniendo en cuenta todo esta cadena de corrupción lo mínimo que se tenía que hacer era frenar la tendencia recaudatoría de la DGT y que la propia Guardía Civil empezará a hacer presiones para que se dejara de una vez por todas de utilizar la seguridad víal con fines recaudatorios, y si digo la Guardia Civil es por que ellos son los que acaban siendo el brazo ejecutor de una seguridad víal que solo piensa en la recaudación.
