Reunión de la RSCD junto a la CES sobre el semestre europeo y ODS

En el marco de la presidencia rotatoria finlandesa de la UE, ha habido dos reuniones sindicales complementarias e integradas, celebradas en Helsinki, la del grupo para el Semestre Europeo de la Confederación Europea de Sindicatos, y la del grupo europeo de la Red Sindical de Cooperación al Desarrollo de la Confederación Sindical Internacional. USO y SOTERMUN han estado representadas por Santiago González, de la Secretaría de Acción Internacional y Desarrollo Sostenible y vocal de SOTERMUN. Las reuniones han tenido lugar del 5 al 7 de noviembre, en la capital de Finlandia, y han participado unos treinta sindicalistas.

En la primera, sobre el Semestre Europeo, que es el mecanismo de vigilancia mutua de los gobiernos europeos para el cumplimiento del Plan de Crecimiento y Estabilidad, surgido tras la crisis económica y los numerosos desequilibrios de balanza de pagos, déficits presupuestarios, elevada deuda y rescates bancarios de varios países europeos, se ha constatado cómo en bastantes estados miembros, entre ellos España, no hay un diálogo social apropiado. De ese modo, los gobiernos plantean sus reformas o adaptan sus políticas económicas y el desarrollo normativo siguiendo, formalmente, las recomendaciones de la Comisión Europea, pero sin la participación ni la búsqueda de acuerdos con los sindicatos.

A partir de este ejercicio, la novedad es que el Semestre Europeo incluye la vigilancia de una transición justa ante la emergencia climática, la del Pilar Europeo de Derechos Sociales y la del cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esto, que puede ser coherente al desvelar si las políticas económicas de los gobiernos nacionales se alinean con el cuadro macroeconómico, deja de serlo un tanto cuando los instrumentos de aplicación, y la capacidad presupuestaria, se mantienen en la práctica en el ámbito nacional.

Esto significa que cada estado miembro de la UE tendrá que hacer los esfuerzos necesarios para cumplir todos esos objetivos casi con sus propios medios. No hay visos de que los países europeos excedentarios vayan a realizar políticas presupuestarias expansivas, o eleven su nivel de salarios para facilitar a los países deficitarios un aumento de sus exportaciones y de la demanda. Tampoco, a corto plazo, se corregirán las prácticas de elusión fiscal de las empresas multinacionales en el espacio europeo, ni la implantación de un impuesto digital a las empresas que no pagan impuestos en ningún país. Esos potenciales nuevos ingresos procedentes de contribuyentes que no pagan impuestos mejorarían el margen de maniobra de los Estados o de los presupuestos de la Unión Europea para poder cumplimentar los ambiciosos objetivos que la propia UE se ha dado.

En todo caso, hay dos instrumentos de financiación de las políticas de los Estados para proyectos concretos, uno a través del Presupuesto de Convergencia y Competitividad (un Plan Juncker bis), y el llamado Invest-EU, con varias decenas de miles de millones de euros cada uno de ellos. El nivel de incidencia sindical para orientar estos instrumentos de inversión es dudoso, sobre todo en los países donde no hay práctica de un diálogo social real.

Además de estos dos instrumentos aprobados, siguen las discusiones entre los gobiernos europeos sobre la posibilidad de existencia de unos nuevos bonos para proyectos de inversión, sobre la flexibilidad de la regla de oro para que determinadas inversiones no computen como déficit, y sobre la creación de un fondo europeo con capacidad de paliar choques económicos asimétricos, como podría ser un fondo europeo para desempleo.

Reunión de la CSI

En la reunión liderada por la Red Sindical de Cooperación al Desarrollo, ha habido una discusión sobre las prioridades de la presidencia europea finlandesa en el campo de los ODS. La exposición en ella del ministro finlandés de Cooperación, Desarrollo y Comercio Exterior, Ville Skinnari, sobre cláusulas sociales y ambientales en los acuerdos de comercio de la UE, respeto de las empresas multinacionales a los derechos humanos o las convenciones de la OIT o sobre fiscalidad responsable de las empresas, no se ha traducido en compromisos ciertos de cambios normativos, con lo que seguirá habiendo una falta de confianza de los sindicatos sobre las buenas palabras de los políticos.

Por otra parte, se ha presentado un estudio en marcha por parte del exministro italiano del Trabajo, el profesor Enrico Giovannini, para crear un índice sintético del cumplimiento en cada uno de los países del mundo del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 8, sobre el trabajo decente, que permita una visualización comparativa para incidir en los gobiernos e instituciones internacionales.

Ambas reuniones sindicales han resultado útiles para la interrelación entre los objetivos del Semestre Europeo y los de la Agenda 2030. También, para que los sindicalistas que se ocupaban de cada uno de los temas por separado, entiendan la importancia de su conexión.

Autor: USO
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