Hasta el 31 de diciembre del pasado año, treinta y cinco mil personas habían sido condenadas por conducir con tasas de alcohol superiores a las consideradas delito (0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado) desde que entró en vigor la reforma del Código Penal a finales de 2007, según datos de la Fiscalía General de Seguridad Vial.
La mayoría de esas condenas se han dictado por conformidad, es decir, el conductor ha reconocido los hechos.
No obstante, el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, considera que el 95% de los conductores condenados
“no volverá a delinquir” ya que son “ciudadanos normales”, sin antecedentes penales, a los que la pena les hará reflexionar.
Además, cree que los reincidentes son «una minoría» que ha dividido en dos grupos de personas: infractores «asociales, que son egoístas y se creen que están por encima de la norma», y personas con adicciones al alcohol, que «requieren un tratamiento para ser curados de sus problemas.»
LA EXPERIENCIA SUECA
Para evitar que este segundo grupo de reincidentes se ponga al volante, el ministerio público va a promover la instalación del dispositivo “alcolock” en los vehículos. Este dispositivo mide el alcohol del conductor y si supera el límite legal establecido impide el arranque del coche. Para ello la Fiscalía ya está analizando la experiencia sueca, donde comenzó a instalarse este dispositivo en camiones en 2003 y tres años más tarde era obligatorio.
Actualmente, son 20.000 los vehículos que lo llevan incorporado, pero a pesar de ello la tercera parte de las víctimas mortales en las carreteras suecas están vinculadas al consumo de alcohol.
Actualmente hay en España unas 400 personas en prisión por conducir con tasas penales de alcohol.
Yo soy de los que opino que tasa de alcohol al volante cero, pero si me gustaría separar a los que por una circustancia excepcional, han superado en poco en límite de alcohol, y los que van ciegos al volante que no son capaces ni de mantenerse en pie, que a veces los metemos todos en un mismo saco y no es así. Hay que ser objetivos y huir del «etiquetamiento» al cual el gobierno, y la DGT nos tiene acostumbrados… exceso de velocidad = asesino por ejemplo, o quien les lleva la contraria = facha… es una táctica empleada para el lavado de cerebro de la sociedad, que esta salte de una manera desbordada ante una serie de etiquetas.
Pero me reitero… alcohol al volante cero, pero educando a la gente e influyendo en su sentido común, no por miedo a la represión… aunque en este país país… si no es con el «tio la vara» parece que no hacemos caso a na de na…