En el momento en el que se ve una señal de tráfico avisando de la presencia de un radar el conductor pisa el freno, pero la mayoría de los cinemómetros de las carreteras madrileñas carecen de esta señal. En la región existen 83 radares fijos instalados por la DGT, pero más de la mitad (48) no están indicados, según la Asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Este tipo de radares ‘ocultos’ son en su mayoría equipos instalados en automóviles de la Guardia Civil y que se ubican en puntos fijos, pero sobre los que no existe ningún tipo de información para el conductor, ni por señales verticales ni luminosas. AEA sabe de la existencia de estos aparatos de control porque muchos de sus socios han sido multados en estos tramos durante el primer trimestre de 2008.
El estudio de la AEA excluye los cinemómetros municipales instalados por los consistorios, como los de la M-30, los cuales en su mayoría sí aparecen señalizados; y los radares móviles instalados en coches de la Policía Municipal que miden la velocidad de otros vehículos mientras circulan y de los que es imposible informar de su ubicación.
La M-50, la vía con más radares ocultos
De todas las vías, la que aparece con más dispositivos ocultos es la M-50, con cinco; seguida por la M-40, con cuatro. Aunque también hay otras carreteras secundarias, como la M-404, al sur de la región, donde los dos únicos radares que hay no están señalizados (ver mapa).
«La Ley de Protección de Datos obliga a informar a los conductores de dónde están colocados estos radares. Además, si lo que se pretende es evitar accidentes, no poner multas, deberían estar señalizados», argumenta Santiago Córdoba, portavoz de AEA.
La DGT afirma que no hay ninguna ley que obligue a informar sobre la ubicación de los radares, «pero sí existe un compromiso desde 2005 para señalizarlos, y así se hace con algunos, mediante paneles luminosos, cuando es posible», puntualiza. Además, el organismo duda de la fiabilidad de los datos de la AEA.
Fuente: 20 Minutos