Se entiende por furgoneta todo vehículo automóvil, no camión, destinado exclusiva o principalmente al transporte de mercancías. Para conducir este tipo de vehículos se requiere el mismo permiso que para conducir turismos, siempre que no supere los 3.500 kg de masa; y este es fundamentalmente el problema, porque no se conduce igual ni reacciona de la misma manera, según los expertos consultados. Por el contrario, son vehículos más inestables, el peso total puede doblar el de un turismo y tiene mayores dificultades para realizar maniobras de emergencia.
Turismo y furgoneta: se parecen, pero no son iguales
Centro de gravedad: Al tener mayor altura, el centro de gravedad es más alto por lo que son más inestables y más sensibles a vientos laterales.
Carga: Hay que sujetarla y distribuirla uniformemente, colocando los objetos de mayor peso sobre la plataforma interior, entre los dos ejes.
Velocidad: El límite máximo en autovías y autopistas es 90 km/h. Una velocidad inadecuada, por ejemplo en una curva, puede provocar fácilmente un accidente por salida de vía o vuelco.
Ángulo muerto: Algunas furgonetas carecen de retrovisor interior, lo que dificulta la maniobra de marcha atrás. Existe un espacio a cada lado del que no se tiene visión. En estos casos debe hacerse una observación directa girando la cabeza para ver por las ventanillas laterales.
Distancia de seguridad: La mayor masa de la furgoneta exige que mantengamos una mayor distancia de seguridad, para ser capaces de detenernos a tiempo con seguridad ante cualquier imprevisto.
Mantenimiento: El 33% de los defectos graves detectados en las inspecciones afectan a los frenos, neumáticos y suspensión, lo que puede provocar fallos en la respuesta del vehículo ante un incidente.