PONS Seguridad Vial ha presentado junto a la asociación internacional Red de Ciudades que Caminan una obra conjunta que, con el título “Ciudades pensadas para caminar”, pretende reducir la tasa de accidentalidad de peatones en las ciudades y ofrecer una serie de herramientas, buenas prácticas o claves técnicas a los ayuntamientos para la implantación de modelos de movilidad que fomenten la cultura de caminar.
Esta guía práctica cuenta con el ejemplo de varios ayuntamientos pertenecientes a la Red de Ciudades que Caminan como el Ayuntamiento de Ansoáin, Córdoba, Irún, Pontevedra, Sevilla, Torrelodones y Vitoria-Gasteiz, las cuales han aportado el resultado de su experiencia. Entre las recomendamos generales que exponen los autores de “Ciudades pensadas para caminar” están el jerarquizar el viario público, poniendo en primer lugar al peatón, así como el elaborar planes estratégicos de acción con la finalidad de reducir la velocidad en las zonas urbanas por debajo de los 30 km/h, incrementar las zonas peatonales y las vías con plataforma única, mejorar de manera clara la seguridad peatonal en los cruces, apostar por las aceras continuas en la mayoría de las intersecciones y establecer una red peatonal cómoda, continua y segura en toda la ciudad.
El calmado del tráfico, clave en la protección del peatón
Según los datos presentados en el libro, a 30 km/h un peatón atropellado tiene más del 90 %, de posibilidades de sobrevivir. De este modo, la Red de Ciudades que Caminan expone en la publicación que en municipios con menos de 100.000 habitantes la reducción de la velocidad máxima de circulación por debajo de los 30 km/h se aplique en todas sus vías urbanas, salvo en contadas excepciones.
En aquellos municipios con más de 100.000 habitantes, la reducción de la velocidad máxima de circulación por debajo de los 30 km/h se aplicaría en todas sus vías urbanas planificando, si fuese necesario, una red básica de calles principales por encima de los 30 km/h (preferiblemente 40 km/h) no superior al 20 % del total de sus vías urbanas.
Por último, el libro destaca que en España, a diferencia de otros países europeos, no existe ninguna señal para indicar las calles peatonales por lo que sólo se indica la prohibición del acceso a vehículos.