El paro cae en marzo en 48.755 personas, lo que supone un descenso del 1,67 % con respecto a febrero y la cifra de parados registrados se queda en 2.862.260. A estas cifras se suma el incremento de 260.410 cotizantes a la Seguridad Social, alcanzando las 20.376.552 personas afiliadas. Han descendido también las mujeres desempleadas (25.897 paradas menos) y el desempleo juvenil, con 267 jóvenes que han encontrado trabajo.
Los fijos discontinuos aumentan un 70%
Se formalizaron un total de 1,3 millones de contratos en marzo, un 21,3 % menos que en marzo de 2022, de los que el 46,82 % fueron indefinidos. El 29,38 % de éstos fueron fijos discontinuos, que aumentan un 70,67 % con respecto a 2022. “Este elevado aumento demuestra que se sigue utilizando esta modalidad para disfrazar contratos temporales que la Reforma Laboral ya no permite realizar. Pero no se actúa decididamente para crear empleo indefinido real. Más de la mitad de los contratos indefinidos firmados en marzo, un 53,9 %, no realizan una jornada completa de trabajo”, apunta Joaquín Pérez, secretario general de USO.
En este sentido, Pérez insiste en “reclamar el endurecimiento de las causas del despido y aumentar su coste, para que cuando hablemos de descenso del paro sea real y no un maquillaje de las cifras a través de nombres de contratos que de indefinidos solo tienen el nombre. Hay que abordar de forma urgente el despido y, sobre todo, el despido barato”.
Un contrato indefinido ha dejado de ser sinónimo de estable
En marzo se han realizado más contratos indefinidos que personas los han suscrito. Más de 33.118 trabajadores han firmado más de un contrato indefinido. “Son contratos que están implementado el pluriempleo y tiene que ver con el incremento de la contratación a tiempo parcial, o bien, se les ha rescindido el contrato y se les ha vuelto a contratar. La rotación en el empleo ha llegado a la contratación indefinida que está dejando de ser sinónimo de tener y mantener un empleo estable”, considera el secretario general de USO.
Este mes de marzo también podemos destacar varias cifras alarmantes: 755 trabajadores más en ERTE (hasta los 15.379) y la subida en 3.999 personas del colectivo sin empleo anterior, que engloba a los recién llegados al mundo laboral pero también a los que llevan más de un año en paro. “Estos números representan a miles de personas a los que aún les cuesta trabajar y poder vivir dignamente”, recalca Pérez.