Coches de película que son pura ficción, que ni existieron en la vida real ni era derivaciones de coches reales, lo cual deja fuera a muchos coches más o menos de serie. Por ejemplo, el caso del Stratos Zero aparecido en “Moonwalker”, que era un prototipo ya existente, mismo caso del Adams Probe 16 de “La Naranja mecánica”. También he excluido a coches como el Lotus Esprit anfibio de James Bond en “La espía que me amo”, al DeLorean de “Regreso al futuro” o al Ectomobile de “Cazafantasmas” que es Cadillac Miller-Meteor del 59.