Dentro del marco de la normativa GSR2, que entró en vigor el pasado 7 de julio, todos los coches nuevos deben contar con un registro de datos de conducción. Este registro incorporado solo memorizará los datos en caso de accidente, pero obviamente puede levantar dudas al respecto del uso que puedan implementar las autoridades en el futuro. La normativa GSR2 también cuenta con otras medidas de seguridad como la obligatoriedad del asistente de salida de carril, la alerta acústica de exceso de velocidad o la preinstalación de un alcoholímetro que pueda impedir el arranque del coche.