Tratar el tema de las falsas alarmas necesita unas pequeñas aclaraciones en su concepto. La más importante es definir qué es una falsa alarma en un detector de radar. Lo más lógico desde un punto de vista de usuario es definir una falsa alarma como un aviso de radar donde en realidad no existe tal. Esto es algo comunmente aceptado y no admite interpretaciones. Ahora bien, vamos a adentrarnos en la técnica del detector de radares.
Para el detector, que realmente consiste en un receptor de radio, existen dos circunstancias bien diferenciadas que le hacen generar esa “falsa alarma” percibida por el usuario:
1- Señales que entran por la antena, fuera del rango de recepción de los radares, y que sin embargo debido a mezclas internas en el propio receptor, logran entrar en la etapa amplificadora y provocan una falsa alarma. Las señales pueden venir de repetidores de telefonía, emisores de TV, enlaces de microondas, etc. Este tipo de receptores que generan falsas alarmas por estos motivos, son susceptibles de mejora pues en realidad se debe a un diseño pobre en cuanto al filtro paso-banda que permite únicamente el paso de las bandas de radar. Un filtro más fino haría que desaparecieran estas falsas alarmas, sin embargo por regla general a mayor filtrado, menor señal percibida pues cada filtro incorpora algo de pérdidas. El fabricante ha de elegir un término medio entre cantidad de filtro y pérdidas.
Una vez filtrada esta señal, el procesador por software ha de inspeccionar si se trata de una señal procedente de radar o en cambio se trata de una mezcla interna de otro tipo. Logicamente, el procesador no puede (es técnicamente imposible) suplir el filtro hardware, y su misión se limita a paliar el problema de una falta de sensibilidad o de filtro de entrada. Una firma bien conocida de detectores hace un uso muy intensivo del procesador para evitar falsas alarmas de este tipo, por el motivo antes comentado.
2- Señales que entran por la antena, en el rango de recepción de los radares, pero que no pertenecen a un radar. Este es el caso que ocurre cuando el receptor se enfrenta a otro receptor sintonizado a una frecuencia similar. Los receptores de radar tienen una ligera emisión de ondas procedentes del oscilador local, que logran alcanzar los armonicos superiores y realmente actúan de fuentes similares a los emisores de radar. Como es lógico, el detector recibe la señal y la considera radar, pues no hay duda que se trata de una emisión en Ka. Así es: si el oscilador local trabaja entre 8.5 y 9 GHz (frecuencia muy común entre los detectores), el cuarto armónico cae exactamente en la frecuencia de la banda Ka de 34GHz (8.5*4 = 34GHz), y eso es sin duda algo inevitable para el receptor.
Entonces ¿qué se puede hacer si realmente existe una frecuencia idéntica a la del radar? El fabricante del detector no puede filtrar esta señal por filtro hardware, pues también filtraría la frecuencia de interés del radar, así que ha de buscar una salida al problema por software a través del procesador. Difícil tarea, pues la posibilidad de ignorar una señal de radar verdadera cuando se trata de otro detector es grande.
Lo más común entre las marcas más conocidas en inspeccionar el tercer armónico del oscilador local, sobre los 25.5GHz (8.5*3 = 25.5), de tal forma que si existe señal en bada Ka sobre los 34GHz, y a la vez tienen señal en los 25.5GHz, entonces “probablemente” sea procedente de un detector vecino. Claro que nada impide que el detector no perciba un radar verdadero si tiene cerca una señal múltiplo. Es un riesgo, que si bien funciona para evitar falsas alarmas, puede pagar el usuario con una “no recepción” de radares verdaderos.
Otras marcas de detectores no se basan en esta solución, y apuestan por inspeccionar la forma de la señal recibida, su periodicidad y duración en el tiempo a través de software conun procesador DSP. En efecto, las señales procedentes de otros receptores son caracterísitcas y pueden identificarse, pero tiene un coste en el tiempo de reacción. El término medio entre proceso y nivel de detalle en la recepción es el quiz de la cuestión cuando se utuliza este sistema.
En resumen, las fuentes de falsas alarmas de tipo “1″ son superables por un buen diseño hardware, mientras que las de tipo “2″ siempre van a necesitar algo de software y en muchas ocasiones crean pérdida de rendimiento. El problema radica en que son señales REALES en la frecuencia de recepción del radar.
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