La política

Gracias a las bochornosas subenciones taurnias de la Administración, cada año se gastan miles de millones en remodelar y construir nuevas plazas de toros, en cubrir los deficits por falta de público, en crear y mantener infames Escuelas de Tauromaquia, donde niños de diez años se ejercitan en acribillar terneritas recien destetadas. Mientras que en el siglo XIX llegó a prohibirse en un mismo decreto la esclavitud, las corridas de toros y las peleas de gallos "por atentar contra la dignidad del hombre", y mientras que en 1917 el Manifiesto del Partido Socialista Obrero Español exigía la abolición de los toros y de todo espectáculo que pudiera embrutecer al pueblo, los politicastros actuales se vuelcan en reflotar este ritual repleto de mugre, esta violencia metódica que nos impide ser modernos.

Y es que, "fiesta de toros y política rastrera han ido siempre de la mano, porque la iniquidad une". (J. Ramon Blazuqez. DEIA, 29-3-1985).