El INE lo hace oficial: el mayor ‘tijeretazo’ de la historia fue en 2012

El Instituto Nacional de Estadística (INE) vino a poner este miércoles punto y final a la controversia respecto a si los recortes aplicados por Mariano Rajoy a su llegada al Gobierno -en concreto, en sus primeros Presupuestos Generales del Estado, los de 2012- fueron tan fuertes como venían denunciando desde la oposición desde entonces o, por el contrario, el ajuste resultó menor del que se cree, como defendían desde la filas del PP. Para la fuente principal de datos del país, la que se considera más oficial, la razón ha de caer del lado de los primeros.

En su última revisión sobre el comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) – Estadística suele hacer, al menos, una anual (la última tuvo lugar en febrero)- los técnicos han constatado que aquel ‘tijeretazo’ -números en mano, no se le puede denominar de otra forma- fue el mayor de una serie histórica que, tras su actualización metodológica, se remonta a 2010. En concreto, el gasto de las administraciones públicas aquel 2012 cayó finalmente el 4,7%, lo que supuso un recorte de 48.868 millones de euros teniendo en cuenta que el INE también ha variado, aunque esta vez a la baja, el dato de PIB de ese año.

La recesión que conocíamos -la segunda que sufrió España durante la última gran crisis económico-financiera, que comenzó en 2008- resultó, en realidad, más fuerte de lo que se pensaba. Y es que la economía bajó al final tres décimas más de lo que se había dicho hasta ahora: un 2,9% en vez de un 2,6%, una diferencia nada baladí ya que hablamos de 3.119 millones de diferencia en un ejercicio donde el déficit público todavía rozaba el 7% del PIB (72.800 millones de euros). Si atendemos a la crisis aún reciente, solo en 2009 el país tuvo un comportamiento peor (un 3,6% de caída).

Ese mismo año las fuertes subidas de impuestos aplicadas por Rajoy al llegar a La Moncloa -suprimió la deducción de 400 euros en el IRPF aprobada por el gabinete anterior de José Luis Rodríguez Zapatero, subió los tipos del IVA (al 21% el general y el 10% el reducido), incrementó los tributos especiales (tabaco) y medioambientales y, al tiempo, eliminó las desgravaciones fiscales por adquisición de primera vivienda- provocaron que el gasto de los hogares se desplomara un 3,5%. Esto es, las familias, agobiadas por la presión fiscal y un desempleo desbocado -la tasa de paro alcanzaba entonces el 25,7%, lo que supone que una de cada cuatro personas en disposición de trabajar no podía hacerlo-, dejaron de gastar 36.391 millones respecto a lo que sí hicieron en 2011.

Con esa aportación mucho menor de hogares y administraciones públicas, el consumo final también bajó con fuerza (un 3,8%). No fueron los únicos parámetros que descendieron mucho en un ejercicio que bien puede calificarse ya de ‘annus horribilis’, puesto que la demanda nacional cayó un 5,1% mientras la inversión bruta lo hizo un 9,5%.

Aquel ‘tijeretazo’ histórico fue calificado por el propio Rajoy como «solo el inicio del inicio». El hoy jefe del Ejecutivo en funciones, tras dos elecciones en menos de un año sin lograr formar un nuevo Gobierno, lo justificó en que el déficit público que se encontró (cierre de 2011) fue, en realidad, dos puntos mayor del previsto (un 8% frente al 6%).

Este reajuste de cifras en 2012, sin embargo, no afecta a las de los ejercicios siguientes. El comportamiento de la economía se mantiene así en el -1,7% de 2013, el 1,4% en 2014 y el 3,2% en 2015, en lo que ha sido su mayor crecimiento hasta ahora desde principios de la crisis (registró un 3,8% en 2007). Lo que sí cambia es la composición del PIB en lo referido al ejercicio pasado.

Una demanda menos fuerte

Y es que la fortaleza de la demanda interna en el año de aparente consolidación de la recuperación no fue tanta como se creía, al aumentar finalmente un 3,3% en vez del 3,7% que se había estimado hasta ahora. La explicación se encuentra en que el gasto en consumo final ‘solo’ subió un 2,6% y no el 3% que se había dicho meses atrás, fruto sobre todo de una desaceleración más que apreciable en lo relativo a las administraciones públicas (2% en vez de 2,7%) y algo menor en los hogares (su avance bajó del 3,1% al 2,9%).

En esa línea de clara moderación en los componentes del PIB, la inversión bruta aumentó medio punto menos de lo que se había apuntado anteriormente (6,5% en vez de 7%). Lo positivo es que la aportación del sector exterior no resultó tan negativa como se pensaba, de manera que su demanda solo restó una décima al crecimiento económico (-0,1%) frente a las cinco iniciales.

El motivo fue que las exportaciones subieron más (5,4% en vez del 4,9%) y las importaciones lo hicieron menos (5,6% y no 7,5%). El resultado final, apunta el INE, es que el dato de PIB (3,2%) no varía respecto a lo conocido y la riqueza nacional generada el año pasado ascendió a 1.075.639 millones de euros, viniendo las principales aportaciones desde el comercio, el transporte y la hostelería (226.553 millones), seguidos de la industria (176.102 millones), la administración pública (183.882 millones) y el sector inmobiliario (109.202 millones).

Autor: USO
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