¡¡Que barata es la leña del arbol caido!!
Hay veces que uno no sabe si la policía es un cuerpo dedicado a servir y proteger al ciudadano, o por el contrario un arma de recaudación y expolio al servicio de las instituciones. En ocasiones se dan situaciones que rayan lo kafkiano y cualquiera que tenga un poco de humanidad, criterio y sangre en las venas (para que le pueda hervir) se siente ofendido ante un atropello que, aun siendo legal, es fácilmente definible como ilegítimo.
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