En los últimos años se está produciendo en España un significativo incremento de los accidentes de tráfico ocurridos en intersecciones reguladas por rotondas giratorias, y muy especialmente en aquellas situadas en carretera, según un estudio realizado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Según este estudio, durante el quinquenio 2012-2016 el número de accidentes mortales se ha duplicado en este tipo de intersecciones (de 16 se ha pasado a 37), mientras que en las situadas en zonas urbanas el incremento fue del 86,6% (15 frente a 28 del año 2016).
Accidentalidad
Durante el periodo analizado la proporción de accidentes con víctimas ocurridos en intersecciones en relación con los ocurridos fuera de ellas ha aumentado: un 39,0 % en 2016 frente al 37,5% del año 2012. Además, en las intersecciones de carretera donde existe una rotonda giratoria se observa un incremento en la frecuencia de los accidentes: en 2012 se producían en este tipo de intersecciones
veintisiete de cada cien accidentes (2.355 sobre un total de 8.477) y en 2016 la cifra aumenta a casi
treinta y cuatro de cada cien (3.374 frente a 9.701). En zonas urbanas también se observa un incremento, aunque menor: 16 de cada 100 en 2012, frente a 18 de cada 100 en el 2016.
Aumentan los fallecidos
Respecto de la gravedad de los accidentes ocurridos en las rotondas giratorias en función de las lesiones de las víctimas, las cifras apuntan un incremento en el número de fallecidos en carretera (58,3%) y también en el de heridos (37,33%). Este incremento también se produjo en zonas urbanas
ya que el número de fallecidos aumentó un 55,5% y el de heridos un 40,8%.
Auditorías técnicas
A pesar de estas cifras AEA considera que las rotondas giratorias son adecuadas para marcar cambios
en el régimen de circulación de las intersecciones, debido a la pérdida de prioridad que imponen a todas las vías que en ellas confluyen. Como reductoras de la velocidad se ha demostrado, en general, su eficacia. Sin embargo, AEA propone la realización de auditorias técnicas externas para determinar si el tipo de glorieta que se ha construido en cada lugar (miniglorietas, glorietas dobles, glorietas partidas, semaforizadas, turboglorietas, etc) resulta el más adecuado en función de las circunstancias cambiantes del tráfico. La implantación de rotondas inadecuadas puede provocar un incremento de la
accidentalidad.