Ayer, en el transcurso de la Sesión de Control al Gobierno en el Pleno del Congreso de los Diputados, se vivió una situación insólita. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, respondía a un diputado del Grupo Socialista sobre la Ley de Tasas, ante lo que el ministro, sin duda atribulado por el unánime rechazo social que ha concitado tal iniciativa, echó mano de un texto publicitario de Dvuelta para argumentar por qué hay que implantar tasas judiciales.
Textualmente, Gallardón dijo:
“Me va a permitir, señor diputado, que le lea un anuncio que ya leí en su momento pero que usted no estaba, naturalmente, obligado a escuchar. Es una cuña publicitaria; una cuña que podía haber oído usted esta mañana, viniendo en coche al Congreso de los Diputados, y que dice así: se títula ´Cómo ganamos recursos de multas´. Dice, ´¿Sabías que puedes evitar perder los puntos y pagar las multas? No importa la gravedad de la infracción. Con la “empresa X” (me permitirá el señor presidente que no haga propaganda), nos das tu multa, redactamos el escrito de alegaciones y se lo mandamos a la Administración. Ellos probablemente nos devuelvan un trámite de audiencia, y nosotros les devolvemos otras alegaciones… Y así empieza un partido que puede durar de seis meses a dos años. Lo
importante (sigue diciendo esta empresa) es que pasamos el recurso al otro campo, a la Administración, que tarde o temprano cometerá un fallo en el procedimiento, y ahí es cuando ganamos el recurso y no pagas la multa. En la “empresa X” llevamos 15 años practicando”. “Señor Diputado –continua el ministro- ¿es esta la justicia que usted quiere? ¿Usted pretende un instrumento que lo que haga es que no se pueda de verdad administrar justicia? Señor Diputado, esta empresa, anteayer anunció lo mismo que ha anunciado usted: que van a recurrir al Tribunal Constitucional; defensa
corporativa, está usted en su derecho…”
Efectivamente, ese texto (que no es un cuña publicitaria, sino el guión de un vídeo explicativo de Dvuelta, descargable en este link), habla de los defectos de la Administración a la hora de tramitar multas; defectos de los que el propio ministro es principal responsable. Tapar los defectos propios impidiendo que los ciudadanos puedan recibir justicia representa, en opinión de Dvuelta, una muy inadecuada manera de administrar justicia.
Paradójicamente, y como el ministro sabe bien, el texto que leyó en el Plenario del Congreso se refiere únicamente a las multas que se recurren en vía administrativa, es decir, en un procedimiento no judicial y, por tanto, exento de tasas de
naturaleza alguna.
Tasas que sí hay que abonar en el caso de que, una vez finalizada la vía administrativa, el ciudadano decida continuar con la defensa de sus derechos en vía judicial. Y aquí es donde al ministro le traiciona el subconsciente, porque la enorme reducción de demandas a las que la Administración tendría que enfrentarse, sobre todos en aquellas de importes más bajos, evitará que los ciudadanos reciban decenas de millones de euros que en justicia le pertenecen. Si el ministro quiere que los conductores no recurran, que se impongan sanciones justas, que se tramiten correctamente y que, en definitiva, la Administración haga bien su parte del trabajo, que es obrar con diligencia y conforme a Ley ante los administrados.
¿Resentimiento?
El ministro de Justicia conoce de sobra cómo Dvuelta defiende los derechos de los conductores. No en vano, en 2009, siendo entonces alcalde de Madrid, Dvuelta recurrió ante el TSJM el cuadro de sanciones del Ayuntamiento de la capital,
sentencia confirmada, este mismo año por el Tribunal Supremo. Así, el Ayuntamiento ha tenido que devolver a los conductores madrileños millones de euros por multas incorrectas.
Al fin y a la postre, como puede verse, para el ministro lo que importan son los ingresos de la Administración, y no la real y efectiva administración de justicia.
Video con la comparecencia de Gallardón
