Todos sabemos ya de sobra que no debemos conducir después de haber bebido alcohol pero, ¿y al día siguiente? ¿cómo de peligroso es conducir bajo los efectos de la resaca?. Dolor de cabeza, boca seca, falta de apetito, fatiga, náuseas, alteraciones visuales, irritabilidad, temblores? Todos son síntomas que se pueden dar después de una noche con alcohol de por medio. Es lo que todos conocemos comúnmente como ‘resaca’, un peligro que todos los conductores deberían tener en cuenta a la hora de ponerse al volante.
Ponerse al volante con resaca resulta tan peligroso como hacerlo hablando por el móvil o con una elevada tasa de alcoholemia. Así concluye un estudio realizado por Centro Zaragoza, un instituto de investigación sobre vehículos. El motivo principal es que la ingesta de alcohol produce síntomas de fatiga al día siguiente de haberlo consumido.
Por tanto, la resaca da como resultado un conductor cansado y probablemente con sueño, lo que implica un mayor tiempo de reacción, más facilidad de distracción y más errores al volante. Para demostrar los peligros de conducir con resaca, Ford presentó hace unas semanas un traje que recrea los efectos de una resaca.
El traje de resaca pesa, en total, 17 kg. Está compuesto por un chaleco especial, pesas de muñeca y tobillo, gorra, gafas y unos auriculares. Todos estos elementos combinados simulan los clásicos efectos de una resaca: fatiga, mareo, dolor de cabeza y dificultad para concentrarse. El traje de resaca ha sido encargado por Ford al Instituto Meyer-Hentschel de Alemania y permite comprobar lo inseguro que es conducir en estas condiciones; es decir, con déficit de sueño y otros factores que afectan decisivamente a sus tiempos de reacción.
Fuente: AutoFacil