Fundación Mutua Madrileña lanza la campaña “Agárrate a la Vida”, dirigida a universitarios de entre 18 y 25 años

Fundación Mutua Madrileña y la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme) han lanzado una campaña nacional de prevención de la siniestralidad vial en el ámbito universitario, bajo el lema “Agárrate a la Vida”. La campaña informa a los universitarios de los riesgos y las consecuencias de pasar por alto las normas de prudencia y seguridad al volante. En ella participan víctimas de accidentes de tráfico.

Objetivos

Su principal objetivo es concienciar al colectivo universitario español de la importancia de la seguridad vial y prevenir accidentes. Para ello, mediante impactantes conferencias se les explicará cómo evitar los siniestros, cuáles pueden ser las causas que los originen y qué consecuencias pueden traer consigo las actitudes imprudentes al volante, tales como el consumo de alcohol y drogas, el uso del teléfono móvil, fumar mientras se conduce, etc.

Charlas impactantes

Las charlas se desarrollan en horas lectivas y son impartidas por un profesional sanitario especializado en emergencias, del 061, Samur, helicópteros, atención hospitalaria…, y por una persona parapléjica o tetrapléjica, cuya lesión medular se haya producido por un accidente de tráfico. Esta persona es, además, técnico de seguridad vial. Los ponentes abordan las causas de los accidentes más comunes, como distracciones, alcohol, drogas, velocidad inadecuada, fatiga, etc. Hablan de las medidas preventivas, las normas de actuación en caso de accidente y las consecuencias, como lesiones, problemas físicos, psicológicos, familiares y sociales a los que se enfrenta una persona después del accidente.

Durante las conferencias también se explican las normas básicas de actuación en caso de accidente, basadas en el sistema PAS: proteger-avisar-socorrer.

Los asistentes a las conferencias recibirán distintos tipos de material divulgativo, con las conclusiones más relevantes de lo expuesto por los ponentes.

Ejemplos llamativos

Uno de los ejemplos que utilizan los conferenciantes para hablar de la distorsión en la percepción del riego es comparar las posibilidades de ataque de un tiburón frente a las posibilidades de morir debido a la caída en la cabeza de un coco al estar debajo de una palmera. Curiosamente, el riesgo es enormemente mayor en el segundo caso.

Posteriormente, en cada una de las conferencias se inicia un coloquio con los alumnos con ejemplos de las consecuencias de los accidentes de tráfico. Así, por ejemplo, se ofrece un volante a un grupo de voluntarios para que intenten doblarlo, lo cual no conseguirán, y posteriormente se muestra un volante doblado como resultado de un accidente. También se enseña un casco roto tras un brutal impacto y se le pide a algún universitario que intente hacerle lo mismo golpeando, cosa que tampoco conseguirá.

La charla se cierra con la entrega de material divulgativo y la reproducción de un impactante vídeo, realizado por una organización australiana, en el que se refleja con toda crudeza la violencia de los accidentes de tráfico y sus consecuencias para quienes los sufren y su entorno.

También para los mutualistas

Además de las acciones desarrolladas en el ámbito universitario, la Fundación Mutua Madrileña y AESLEME ofrecerán diversas charlas de prevención gratuitas dirigidas a los asegurados de la compañía, hijos y empleados.

En paralelo, la Fundación Mutua Madrileña prevé distribuir entre estos grupos las principales recomendaciones de conducción para el colectivo juvenil, obtenidas gracias al “Estudio de siniestralidad vial en el colectivo juvenil y sus consecuencias”.

El estudio de siniestralidad en los jóvenes

El estudio elaborado por la Fundación Mutua Madrileña es lo que ha dado pie a la campaña. El análisis de las pautas de comportamiento y siniestralidad de los conductores más jóvenes y las consecuencias de los accidentes que provocan revelan, entre otros datos, su escasa percepción del riesgo que implica la conducción.

El estudio se ha llevado a cabo con una muestra de más de 50.900 jóvenes conductores no profesionales de toda España, cuya edad se sitúa actualmente entre los 18 y los 25 años. Específicamente, se han considerado los conductores que han sido culpables de accidentes en colisiones, colisiones múltiples, accidentes sin contrario y atropellos.

Para poder estudiar los cambios de comportamiento al volante entre los conductores jóvenes se ha analizado la evolución de la siniestralidad de este colectivo durante los periodos 2007-2009 y 1997-1999.

Según el censo de la Dirección General de Tráfico para la franja de edad de 18 a 25 años en 2008, el 54% eran hombres y el 46% mujeres.

Principales conclusiones

El 15% de los jóvenes de 18 a 25 años causan al menos un accidente de tráfico al año. En el 20% de ellos se producen heridos, fallecen más de 600 personas y más de 100 quedan discapacitadas.

Cuanto más joven es el conductor, más riesgo existe de que provoque un accidente de tráfico, fundamentalmente debido a la falta de percepción del riesgo y su menor experiencia al volante.

Los accidentes de tráfico se mantienen como principal causa de muerte de los jóvenes españoles.

Si se analizan los accidentes con heridos provocados por jóvenes conductores, aquellos con menos de tres años de experiencia abarcan más del 40%.

El periodo crítico de siniestralidad entre los jóvenes conductores es durante el segundo año de carné.

Ahora los jóvenes provocan menos accidentes que hace diez años y son los varones los que más han mejorado su ratio de siniestralidad.

A medida que se cumplen años, los ratios de siniestralidad vial van descendiendo. Solamente en la franja de 42 a 49 años se rompe ligeramente la tendencia.

La experiencia en la conducción que se adquiere con los años y la mayor prudencia son las principales razones por las que la frecuencia de siniestralidad disminuye a medida que aumenta la edad del conductor.

La falta de percepción del riesgo es un problema específico entre los hombres más jóvenes.

Hombres y mujeres

Las diferencias en las ratios de siniestralidad entre hombres y mujeres van convergiendo a medida que aumenta la edad. Una de las causas que puede justificar esta diferencia es la distinta percepción del riesgo por parte de los hombres y las mujeres.

Aunque la percepción del riesgo en general va siendo mayor a medida que aumenta la edad de la persona, entre los 18 y los 25 años existen notables diferencias en función del género. El menor sentido de la vulnerabilidad por parte los hombres podría provocar la adopción de conductas imprudentes y generar un exceso de confianza en su capacidad de respuesta ante las situaciones imprevistas de la circulación.

Las mujeres de entre 18 y 25 años provocan un 36% menos accidentes que los hombres de esta misma edad. Un 18% de los jóvenes varones de entre 18 y 25 años son culpables de al menos de un accidente al año, mientras que en las mujeres de esta misma edad el porcentaje desciende hasta el 12%.

Los hombres de 18 a 25 años provocan un 242% más accidentes con heridos en comparación con el resto de conductores varones, siendo esta cifra del 133% en el caso de la comparación entre las mujeres más jóvenes y el resto de conductoras.

Los hombres de esta franja de edad provocan un 67% más de accidentes con heridos que las mujeres de la misma edad

Las mujeres de entre 18 y 25 años provocan un 36% menos accidentes que los hombres de esta misma edad.

Los hombres de entre 18 y 25 años provocan un 67% más de accidentes con heridos que las mujeres de la misma edad.

Por zonas

La cornisa cantábrica, Murcia, Canarias y Baleares, son las zonas donde se producen más accidentes con heridos causados por los jóvenes de 18 a 25 años.

Si analizamos los accidentes causados por jóvenes en los que se producen heridos en función del área geográfica, encabezan la lista por registrar el mayor número de heridos, por este orden, País Vasco, Cantabria, Asturias, Murcia, Galicia, Canarias y Baleares.

Sin tener en cuenta las cifras de heridos, las comunidades autónomas donde los jóvenes causan más accidentes son: País Vasco, Asturias, Cantabria, Galicia, Andalucía y Comunidad Valenciana. En ellas la cifra de jóvenes causantes de algún accidente se sitúa entre el 19 y el 24%. Al final de la lista, con cifras alrededor del 5%, se sitúan Castilla La Mancha, Aragón y Extremadura.

Esta tendencia puede deberse a que se trata de comunidades, por un lado, con alto índice de lluvia que interfiere notablemente en la conducción, y por otro, a los incrementos de población y por tanto de densidad del tráfico que se dan estacionalmente en las zonas costeras (sur y levante) debido al turismo.

Recomendaciones a los jóvenes

La Fundación Mutua Madrileña y el Servicio de Estudios de la aseguradora recomiendan a los conductores más jóvenes seguir algunas prácticas básicas que permitirían reducir de forma importante la siniestralidad:

– No confiar en la experiencia al volante ni en la capacidad de respuesta. El exceso de confianza en el manejo del vehículo provoca graves accidentes.
– Procurar ser consciente en todo momento de los peligros que conlleva la conducción y de sus consecuencias.
– Realizar una conducción responsable: conducir es una forma de movilidad y no una demostración de pericia al volante.
– Si la experiencia al volante es inferior a un año, hay que colocar la “L” en lugar visible: el resto de conductores serán más tolerantes con nuestros errores y extremarán la precaución cuando circulen detrás de nosotros.
– Si se pasa mucho tiempo sin conducir o se ha conducido poco desde que se obtuvo el carné, puede ser buena idea tomar unas clases en una autoescuela para ganar confianza y seguridad.
– Es útil apuntarse a cursos de conducción segura para saber reaccionar ante situaciones imprevistas.
– No conducir bajo los efectos del alcohol ni las drogas.
– Evitar fumar mientras se conduce.
– Llevar el volumen adecuado en el sistema de audio. Un volumen excesivo genera distracciones y minimiza la percepción de las circunstancias de la circulación.
– No manipular teléfonos ni dispositivos de navegación mientras conducimos.

En caso de llevar pasajeros

Evitar las distracciones. Cuando se llevan pasajeros, hay que procurar no participar activamente en las conversaciones ni discutir.

Viaje en grupo

Si viajamos junto a otros vehículos conducidos por amigos o familiares, adecuar la velocidad a la experiencia del conductor más novel.

Circular a nuestro ritmo, no al de los demás, aunque se rían, critiquen…

Respetar las señales de circulación, aunque se rompa el grupo. Si los compañeros de viaje son responsables, aminorarán la marcha hasta recuperarnos.

Prever que es posible que no podamos circular todo el tiempo tras ellos. Hay que asegurarse de que seremos capaces de llegar al destino por nosotros mismos.

Coches prestados

Poner especial atención en el estado de mantenimiento del vehículo, la presión de los neumáticos, los amortiguadores, sistema de alumbrado… Los defectos provocan una mala respuesta ante maniobras imprevistas.

Comprobar que las coberturas del seguro son adecuadas.

Tras un accidente

Mutua recomienda que no se tenga miedo a volver a conducir, que se haga cuanto antes, pero extremando la precaución.

Hay que aprender de los errores: analizar qué conducta provocó el accidente y enmendar el estilo de conducción.

Fuente: ElMejorSeguroDeCoche

Autor: Otros
Autores diversos.

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