No siempre las soluciones más obvias y lógicas funcionan en el mundo real, donde los seres humanos no se comportan en ocasiones de manera racional ante diferentes estímulos, lo que lleva a tener que rechazar en la práctica ideas que, sobre la mesa, parecerían muy eficaces.
Una de estas ideas que, según leemos en el blog de ciencia de Xataka no funcionaría, es la de construir nuevas carreteras para conseguir mejorar el tráfico. A priori, si el ser humano fuera completamente racional, la ecuación parece lógica: Si hay 1000 coches que circulan por una carretera, y se crea una nueva vía para el mismo trayecto, lo lógico sería pensar que 500 coches irían por cada vía, lo que ocasionaría un tráfico fluido por ambas. Sin embargo, está demostrado que este fenómeno no ocurre, y que lo que pasaría únicamente es que se llenarían ambas vías, es decir, aparecerían nuevos coches para realizar el trayecto. ¿Por qué ocurre este fenómeno?
Según el experto en tráfico Frank Quon, la explicación se debe a lo que él denomina como demanda latente, una demanda de uso que, por así decirlo, está dormida, a la espera de poder materializarse cuando las condiciones son las adecuadas. Es decir, gente que, en el escenario tradicional habría elegido utilizar otro medio de transporte (autobús, tren o bicicleta) para llegar a su destino, y que ante la nueva infraestructura decide utilizar su coche para ese trayecto. Es decir, un nuevo recurso crearía nuevos incentivos de uso, lo que aumentaría la demanda, y por tanto no serviría de nada para reducir el tráfico.
La ecuación también funciona a la inversa, es decir, a menos carreteras también hay menos tráfico, por el mismo motivo basado en la gestión de expectativas del ser humano.
Por esto es tan importante tener un equilibrio entre las diferentes infraestructuras y medios de transporte, que obliguen a decidir a las personas en función de la eficiencia del mismo para su necesidad concreta, sin crear estímulos adicionales donde no son imprescindibles.
Fuente: Tecnocarreteras