Tráfico dispara sus ingresos a costa de duplicar las sanciones

Radares ajustados al límite, agentes por doquier y permisividad mínima. Este año, 900.000 conductores sufrirán retirada de puntos. En 2008 fueron 530.000. Ni el más mínimo margen: circular a 121 km/h en una autovía será motivo de sanción, como lo es ocultar una esquinita de la pegatina de la ITV (la inspección técnica) o parar en intersección señalizada por culpa de otro vehículo. En plena recesión económica, y de caída de los ingresos públicos, el Gobierno ha decidido ponerse manos a la obra y no pasar ni la más mínima infracción, por pequeña y nimia que parezca.

Las cifras hablan por sí solas: la Dirección General de Tráfico (DGT) pretende recaudar este año 100 millones más en multas, a costa de unos conductores cada vez más sancionados. Tanto es así, que prevé retirar puntos a 900.000 conductores, frente a los 530.000 del año pasado. Es más: 250.000 españoles, según calcula ya la DGT, se quedarán sin carné. El año pasado fueron 150.000.

Son las cifras que ya estimó el Ejecutivo incluso antes de que comenzara el año: las calculó en octubre del año pasado, para incluirlas en los Presupuestos Generales del Estado. Ya entonces la recaudación amenazaba con caer en picado y ahora, con la evidencia en la mano, el Congreso incluso acaba de reformar la Ley de Tráfico, para favorecer el procedimiento sancionador y así reducir el tiempo desde que un conductor comete una infracción hasta que se le impone la multa. La nueva ley, al tiempo, simplifica y agiliza el sistema de notificaciones, revisa a la baja la pérdida de puntos y aumenta el descuento por pronto pago.

Estas últimas facilidades no impedirán que unas vacaciones más caras que el año pasado, ahora que España se enfrenta a la plena operación salida. Y la vuelta puede no ser tampoco muy satisfactoria. La retirada de carné implica recibir de nuevo formación para recuperarlo, y, en este punto, las previsiones también apuntan a un nuevo desembolso: 10.000 conductores deberán seguir cursos para volver a guardar su permiso en la cartera, más del doble de los 4.000 que debieron cumplir con esta exigencia el año pasado.

A ello se suma otro punto incómodo: las multas se recibirán ahora antes, con lo que el buzón a la vuelta de vacaciones puede deparar más de una sorpresa. Máxime porque, tras la reforma de Ley Vial, a partir de ahora el infractor recibirá una sola notificación, en lugar de las tres actuales. Esta comunicación, en el caso de los vehículos matriculados a nombre de una persona jurídica, serán exclusivamente por correo electrónico.

Las noticias que contendrán, en forma de multas, también han modificado su cuantía con la nueva norma: son 100 euros para las infracciones leves, 200 para las graves y 500 euros para las muy graves, aunque éstas podrán incrementarse hasta en un 30% atendiendo al peligro potencial creado. Además, las sanciones por exceso de velocidad serán más ajustadas, pues se fijarán en función del número concreto de kilómetros que se exceda sobre lo permitido.

Se suma que las vacaciones también serán más caras por el precio de la gasolina, ahora con un precio más elevado que durante el resto del año por la subida de impuestos lanzada por el Ejecutivo a finales de junio. No acaban ahí las malas noticias: las sanciones que impone la DGT se suman a las impuestas por los ayuntamientos, que también están incrementando las multas e incluso secuestrando la devolución de la renta para saldar deudas.

Las multas más curiosas del verano

– El Servicio Central del Procedimiento Sancionador del Ayuntamiento de Valencia ha impuesto la multa más elevada hasta ahora a una persona por tener la música de un vehículo muy elevada, provocando molestias a los vecinos. La sanción asciende a 4.400 euros.

– Getafe se ha convertido en uno de los protagonistas del verano: hacer botellón en la calle, jugar a la pelota o bañarse en fuentes públicas, tender la ropa en la ventana, regar por el día, cantar en la siesta e incluso cerrar la puerta con brusquedad son motivo de sanciones.

– Hay otras multas usuales en los municipios que generan polémica: tirar una colilla o escupir el chicle llega a multarse con 750 euros, el mismo desembolso que realiza quien sea sorprendido sacando la basura fuera de hora. Regar las plantas en el balcón provoca de sanciones de hasta 150 euros. Otros animan a sus vecinos a enviar fotos de quien no recoja las defecaciones de sus mascotas para multarlos.

– Un empresario de Castellón ha sido imputado por un presunto delito de falsedad documental, ya que achacaba las multas de radar por exceso de velocidad de los conductores de su flota de vehículos a antiguos trabajadores extranjeros de su empresa.

Fuente: Expansión

Autor: Otros
Autores diversos.

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