Cierto tipo de accidentes ocurren raras veces, hasta pueden parecer de película por lo insólito. Pero en ocasiones, las circunstancias se encadenan desembocando en trágicos sucesos, muchos de ellos provocados por descuidos fatales.
Accidentes son tan altamente improbables que parecen imposibles. Y aun así, suceden. En un instante, el azar, la suerte o la conjunción planetaria se conjuran para convertir un incidente evitable en un siniestro, a veces mortal. Y no siempre todo es achacable a la casualidad. Con frecuencia, los descuidos, las imprudencias y las faltas de atención suelen estar detrás. No en vano, alrededor del 80% de los accidentes de tráfico tienen su origen en un error humano. Un tipo de accidente absurdo habitual ocurre con vehículos supuestamente inmovilizados, que echan a andar sin control cuando el freno falla. Este año se han producido varios de este tipo mortales: hasta cinco conductores murieron atropellados por sus propios vehículos al olvidar poner el freno. E incluso ha habido algún incidente similar con personajes públicos implicados. En verano, la ‘celebridad’ televisiva, Carmen Lomana, fue herida por su coche, que rodó sin control por una playa asturiana llena de bañistas:“Estaba de espaldas, me tiró al suelo y me pasó por encima de la pierna izquierda”, declaró Lomana, asegurando que falló el freno de mano. Y sonado fue el incidente del futbolista del Valencia Ever Banega, atropellado de forma absurda por su deportivo en una gasolinera. Mucha peor fortuna tuvo el ciclista tarraconense Xavi Tondo, golpeado mortalmente por su vehículo en mayo de 2011 en un accidente doméstico (ver recuadros).
También los niños también son víctimas de atropellos completamente evitables. En enero pasado sin ir más lejos, un bebe de un año falleció y una mujer embarazada quedó herida grave en Pájara (Fuerteventura), después de que ambos fueran arrollados por un vehículo en un paso de peatones señalizado. Una mínima falta de atención, puede hacer a un niño ‘invisible’ al conductor. Así ocurrió este pasado verano en un centro hípico en Madrid, donde un conductor atropelló mortalmente a su propio hijo dando marcha atrás. En las mismas fechas, otro niño que paseaba por una acera en Oviedo resultó arrollado por un coche que salía de un garaje. Entre los accidentes absurdos que más ocurren están los atropellos por salidas de vía, como explica Raquel Jara, médico-perito especialista en el estudio de accidentes de tráfico: ”Los veo con mucha frecuencia, causados por despistes, excesos de velocidad y conductores bebidos”. Y en ocasiones, con grandes dosis de mala suerte, como le ocurrió a un peatón que esperaba en un semáforo: un turismo fuera de control golpeó una farola y esta le cayó encima causándole la muerte. Otro de los lugares propicios para atropellos absurdos son las paradas de autobús, cuando los vehículos mal estacionados obligan a los pasajeros a exponerse al tráfico. Y muchas veces, los propios ocupantes del vehículo se exponen inconscientemente al peligro sacando los brazos por las ventanillas o sentándose incorrectamente: un pasajero con los pies sobre el salpicadero, por ejemplo, puede sufrir lesiones mortales en un choque a baja velocidad.
En carretera, un imprevisto mal gestionado puede convertirse en pesadilla: fue el caso de una familia que detuvo su coche -sin señalizarlo- por una emergencia. En ese momento un camión pasó tan cerca del vehículo que lo enganchó arrastrándolo varios metros. La falta de atención del propio conductor también provoca daños completamente evitables. Es el caso de una señora que sacaba la bolsas del supermercado por el lado de la calzada: un coche golpeó la puerta abierta y le atrapó las piernas provocándole lesiones graves. o el de ciclistas y motoristas, a menudo víctimas de las puertas abiertas por pasajeros que se bajan sin miramientos. Un tipo de accidente que incluso ha inspirado un espejo retrovisor para pasajeros.