¡¡Que barata es la leña del arbol caido!!

Hay veces que uno no sabe si la policía es un cuerpo dedicado a servir y proteger al ciudadano, o por el contrario un arma de recaudación y expolio al servicio de las instituciones. En ocasiones se dan situaciones que rayan lo kafkiano y cualquiera que tenga un poco de humanidad, criterio y sangre en las venas (para que le pueda hervir) se siente ofendido ante un atropello que, aun siendo legal, es fácilmente definible como ilegítimo.

Os pongo en antecedentes efectuando una cronología:

Martes, 15 de Abril de 2008. 7:05 AM. Autovía N-637, sentido Zamudio-Aeropuerto a la altura de Sondika. En una zona de obras colisionan 3 vehículos por alcance en pleno inicio de la hora punta de todos aquellos trabajadores que deben ir a sus puestos en la comarca del Txorierri y el Mungialde.

Deciden cerrar una de las calzadas hasta que se retiran los vehículos. El tráfico queda embotellado y parado, y las colas se prolongan hasta Santurtzi y Getxo, a 15 kms de distancia. Como quiera que esa es la principal ruta hacia el aeropuerto, mucha gente ve cómo sus vuelos se pierden, con el trastorno que eso acarrea.

Para más INRI, el cercano túnel de Artxanda, acceso a Bilbao con peaje desde la N-637, explotado por una empresa pública (perteneciente a la Diputación Foral de Bizkaia) como Interbiak, no varía su protocolo de actuación y todo aquel que decide cogerlos en vista del atasco, tiene que dejar un eurito y pico de donativo a las arcas forales. Eso es, simplemente, la siega de ramas. No se saca demasiada leña, pero un apaño ya se hace…

Por supuesto, con el «buen funcionamiento» de los sistemas TMC, sólo quienes tienen sintonizada Radio Euskadi, Radio Nervión o Radio 7 se enteran de que hay un atasco. En muchos casos, reciben el aviso cuando ya están dentro. El anillo metropolitano de Bilbao está colapsado de facto.

Para las 8:45 consiguen retirar los vehículos accidentados y dejar un carril de paso, mientras los Bidezainak (brigadas de mantenimiento Obras Públicas) continúan con la limpieza de la calzada. Para las 9:30 se restablece la libre circulación por toda la autovía. El atasco se va disolviendo poco a poco. Los trabajadores llegan en su mayoría con más de dos horas de retraso a sus puestos.

Pero lo mejor del chista está por llegar. A la Ertzaintza se le ocurre poner un control de velocidad EN LA ZONA DE REDUCCIÓN EN LA APROXIMACIÓN A UNA ROTONDA donde muere la autovía que va a Mungia, punto de destino de muchos de los trabajadores retenidos en el gran atasco. Puestos en una zona de 70 de difícultosa visibilidad, en escasos minutos efectúan fotos por doquier, tantas fotos que el dispositivo especial compuesto por 8 agentes más los operadores del cinemómetro no dan abasto y algunos conductores deben guardar cola para recibir la correspondiente “receta”. La mayoría de las multas superan con creces los 100 kms/h, velocidad desde la cual, con independencia de la limitación de 70, es segura la frenada.

No es suficiente que el atasco les haya jorobado el día, sino que la Ertzaintza, con malas artes, les ha acabado jorobando el mes. La diputación haciendo caja con el peaje del túnel de Artxanda, el Gobierno Vasco haciendo caja con el radar pillando a esos trabajadores que, en una mezcla de prisa por querer llegar lo antes posible a su puesto para minimizar el impacto del atasco y la mala leche por la inadecuada actuación de las fuerzas del orden en la gestión del atasco, aprietan un poco con afán de quitar esas “decimitas al cronómetro”.

No dudo que sea legal lo que hacen, pero me parece ilegítimo. Eso sólo siembra asco y odio hacia la policía y sus agentes. Y eso acaba teniendo repercusión (que no necesariamente represalia) tarde o temprano. Señor Balza, consejero del Interior del Gobierno Vasco, Usted se preguntará por qué las fuerzas del orden tienen cada vez menos valoración por parte de los ciudadanos. Como siempre, miles de palabras vacías de los políticos hablan menos que un segundo de hechos consumados. A los hechos me remito. Más de una semana de pesquisas para detener a unos adolescentes que atracaban gasolineras, menos de una hora para poner la máquina de recaudar en marcha. ¿Qué pasaba? ¿Qué hay que compensar lo que no se ha recibido en ese mes de práctica inactividad de sus Multanovas, cuando había campaña electoral? .

Quizás Usted, a la par que el Señor Arriola, máximo responsable de Tráfico del Gobierno Vasco valoren más una palmadita de un superior, que la voz de quienes sustentamos el sistema. Pero luego no se extrañen si su partido, ese que les da y les quita el puesto, pierde votos a pasos agigantados. Con lo de comer no se juega, y Ustedes, con actuaciones como esa, han jugado con el sustento de varias familias. Imagino que si esas familias no son tontas, en las Urnas se lo agradecerán. Al menos, así lo deseo…

¡¡Qué fácil es hacer leña del árbol caído, y qué fácil es joder al débil…!!