Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre los jóvenes, aunque es un sector de la población entre el que la tasa de siniestralidad se ha reducido de forma significativa en los últimos años.
Las claves para reducir la siniestralidad entre los jóvenes están en la educación desde la infancia, en la mejora de la
formación, en la realización de campañas preventivas y en el empleo de más recursos para combatir esta lacra.
Además, es necesario que se eliminen los puntos negros de las carreteras, que se mejore la señalización y que no se baje la guardia en la lucha contra la accidentalidad.
Éstas son las principales conclusiones de la mesa redonda organizada el pasado 18 de noviembre en el diario La Razón, en la que participaron destacados expertos para hablar de «Los jóvenes y la seguridad vial: entre la prevención y la legislación». Entre los asistentes se encontraba Mario Arnaldo, Presidente de Automovilistas
Europeos Asociados (AEA).
El presidente de AEA se mostró partidario de “impulsar medidas dirigidas más a la prevención de la siniestralidad
que a la constante modificación de la legislación”. Para Arnaldo la seguridad vial debe ser “una asignatura que esté
presente en el currículum escolar, en las escuelas de conducción y en los cursos de perfeccionamiento posteriores”.