Ya se denunció en El Antirradar después de que varios lectores del blog me remitiesen cumplido relato (con sus correspondientes pruebas documentales). En Dvuelta me confirman que hay “centenares” de casos, y que cada día aparecen más, y me dicen que ya estudian denunciar a los Gallardón Boys por prevaricación. La verdad es que son hurtos consentidos y amparados, de alta rentabilidad para el consistorio capitalino. ¿En manos de quién estamos?
Ya se denunció en El Antirradar después de que varios lectores del blog me remitiesen cumplido relato (con sus correspondientes pruebas documentales). En Dvuelta me confirman que hay “centenares” de casos, y que cada día aparecen más, y me dicen que ya estudian denunciar a los Gallardón Boys por prevaricación. La verdad es que son hurtos consentidos y amparados, de alta rentabilidad para el consistorio capitalino. ¿En manos de quién estamos?
El pasado 22 de diciembre lo contábamos aquí, después que hubiéramos publicado un caso similar ocurrido en el Ayuntamiento de Zaragoza.
Pensé aquello de que el grano no hace granero, y que el mejor escriba hace un borrón, pero, por si acaso, comprobé si realmente eran casos aislados o más bien formaba parte de una operativa más extendida, en cuyo caso la exigencia de responsabilidades a los rectores municipales, debería ser inmediata, y la destitución de los responsables técnicos y políticos, previa axigencia de responsabilidades penales, fulminante. Y debo decir que incluso para una persona como yo, crítico patológico del proceder de las administraciones para con los administrados, lo que hallé me puso los pelos de punta.
Existen centenares de casos, y cada día aparecen más. Es el “timo del parquímetro”, en virtud del cual, unas veces por mala fe de unos pocos controladores (quizás presionados por sus superiores para cubrir cupos de multas, con seis o siete es suficiente para cubrir a los conductores madrileños de denuncias falsas) y otras mediante un funcionamento traicionero de los parquímetros, se imponen denuncias inexistentes, de las que es muy difícil defenderse.
Así nos timan.
Y estas son las dos modalidades del timo. Aparcamos el coche correctamente, ponemos nuestro tiquet bien visible en el salpicadero, hacemos nuestras gestiones, recogemos nuestro coche (sin multita en el limpiaparabrisas, claro), tiramos el tiquete y os marchamos. Al poco tiempo nos llega una carta certificada del Ayuntamiento por haber aparcado sin poner el tiquet del estacionamiento regulado. Y entonces nos llevan los demonios, como es lógico y normal. Sucede que, como nos habíamos deshecho del tiquete, no nos podemos defender: entre 90 y 200 euros de multa, a criterio del supuesto agente denunciante. Y digo “supuesto” porque los “agentes” que denuncian no lo son realmente, y, por lo tanto, carecen de las prerrogativas necesarias para multar como lo hacen, con una PDA.
En el segundo de los casos, es aún más sangrante. Planteemos el mismo supuesto anterior, pero se nos ha pasado el tiempo permitido para estacionar y nos encontramos la recetita en el limpiaparabrisas. Mecachis. Lo cierto es que la inmensa mayoría de los controladores dejan algo de margen, pero bueno, es legal que nos denuncien si se nos pasa la hora. Decidimos entonces anular la multa y acudimos al parquímetro más cercano para proceder; y procedemos. Hemos pagado el tiquet, hemos anulado la multa (3 euros más) y nos vamos tan tranquilos… o no: porque sucede que, en muchísimas ocasiones, el sistema no reconoce la anulación de la multa y, de nuevo, nos llega la felicitación de Gallardón con la multa que no debió existir.
Y eso sin contar los muchísimos parquímetros que tienen mal puesta la hora. O los casos en que la hora impresa en el tiquet nos escamita cuatro o cinco minutos del tiempo que hemos comprado (y esto lo he comprobado yo mismo): es decir, que la hora impresa difiere de la hora que figura en el display del aparato de marras.
Flagrante prevaricación.
En Dvuelta me dicen que muy pronto se procederá a denunciar a los responsables municipales por prevaricación, más allá de recurrir las multas, como es lógico. Y esto es lo importante: no se trata sólo de recurrir y ganar todas esas multas. Eso simplemente restablecería una situación injusta en la que los conductores madrileños se han visto envueltos sin comerlo ni beberlo, en la que además han perdido tiempo y dinero por la actuación municipal. Eso le saldría gratis al Ayuntamiento. Se trata de que las personas con nombre, apellidos, cargo y responsabilidad municipal implicados en el “timo del parquímetro” paguen por lo que están haciendo. Y, de paso, que muchos otros de otros tantos Ayuntamientos de España pongan las barbas a remojar. Por ladrones, que es lo que son.
Fuente: El AntiRadar
Con este hilo que os doy a continuación podéis usar una instancia y hacer una queja a estos ladrones:
http://redactalo.com/index.php?topic=130