Este año ha habido en las carreteras españolas 9 millones menos de coches en Semana Santa que en 2001. Según datos de la DGT, los 22 millones de desplazamientos de aquel año se han quedado en este en 13 millones, después de que se revisase a la baja la previsión inicial de 14,4 millones de movimientos. La crisis, como se ve, le ha echado una mano a la DGT en la cosa de la siniestralidad, pese a que Pere Navarro atribuyó el aumento de los muertos en carretera del año pasado “a la preocupación por la crisis económica”.
A falta de conocer las cifras definitivas de fallecidos en carretera de la Operación Especial de Tráfico correspondientes a la Semana Santa de este año, que hasta las 12 de la noche de mañana martes no se pueden contabilizar (hoy es festivo en media España), sí podemos comprobar que viajamos menos. Concretamente, un 40% menos que hace diez años, según datos de la propia Dirección de Tráfico lo que, de modo indiscutible, tiene un efecto directo en la siniestralidad: a menos coches en la carretera, menos siniestros.
Sólo en este año, el descenso de los desplazamientos ha sido del 10% respecto de los 14,4 millones que, según la DGT, se produjeron el año pasado, de acuerdo con fuentes del organismo dirigido por Pere Navarro citadas por la periodista de TVE Angela Alcocer. La crisis, los precios de los combustibles, los permanentes augurios de mal tiempo y el mal estado de las carreteras (inmersas en inacabables obras desde hace meses), así como, intuyo, el tostón de tener que hacer 600 kilómetros a 110 por hora son los responsables de este descenso en los movimientos.
En España, al contrario de los países de nuestro entorno donde se toman más en serio esto de la circulación, la movilidad y la seguridad vial, se emplean indicadores de siniestralidad que pongan en relación los accidentes con el número de coches real que en cada momento hay en la carretera: son indicadores como vehículo/mil kilómetros recorridos, accidentes/vehículo/mil kilómetros recorrido, o lo mismo aplicado a muertos, heridos graves y heridos leves. No. Aquí se nos suministra un dato absoluto que en un escenario de reducción de movimientos en la carretera, contribuye a ofrecer un idílico cuadro de éxito en la gestión de la seguridad vial. Eso sí, cuando hay repunte, se explica, de forma tímida, que ha sido a causa de “un aumento en los desplazamientos”; sin concretar nada, por supuesto.
¿Cómo influye la crisis en la siniestralidad?
Influye, y mucho. Según un estudio realizado por la Universidad de Oxford, en Europa, el paro aumenta los suicidios y asesinatos, pero reduce los accidentes de tráfico. Concretamente, la relación que menciona el estudio es de 1,39% de reducción por cada punto que aumenta el paro. En España, con un desempleo del 20%, puede estimarse por tanto que, desde el inicio de la crisis estaría detrás de un descenso de más del 11% en los accidentes, prácticamente la misma cifra de descenso de fallecidos (10%) registrada en 2010.
Por su parte, según la patronal aseguradora, la crisis ha hecho que los españoles cojamos el coche un 8% menos; y los empresarios de estaciones de servicio afirman que, desde principios de año, el consumo de combustibles se ha reducido más de un 10%.
Así que aquí lo tenemos. No todo va a ser mérito del carné por puntos. Y se hace urgente, desde luego, que empecemos a hablar de siniestralidad vial en relación con los desplazamientos, a través de los indicadores mencionados, porque existe la capacidad técnica para ello y porque, me jugaría un pincho moruno, estoy seguro de que internamente ya se manejan en Interior y en la DGT, que prefieren seguir adoctrinando a la masa aborregada con datos absolutos: la siniestralidad no es un partido de fútbol que hay que ganar.