Los sistemas que permiten la circulación de vehículos de forma autónoma sin necesidad de ser pilotados por un conductor, además de para el ámbito privado, también pueden ser de aplicación para los transportes públicos de las ciudades. Al menos esto es lo que se está estudiando en la actualidad dentro del proyecto europeo CityMobil2.
En él se está investigando sobre los Sistemas Automatizados de Transporte de Pasajeros por Carretera (por sus siglas en inglés, Automated Road Passenger Transport Systems o también conocido como, CTS – Cybernetic Transport Systems), que conforman una flota de cibervehículos dotados de tecnologías de comunicación y visión artificial capaces de circular sin necesidad de conductor.
Este tipo de sistemas colectivos de transporte pueden ser de gran utilidad para complementar los tradicionales sistemas de transporte público en ciertos servicios de traslado donde la demanda es baja o en puntos de recogida alejados donde pueden ser más efectivos que los sistemas convencionales.
Cinco empresas están trabajando en el desarrollo de otros tantos vehículos que participarán en cinco experiencias piloto llevadas a cabo en distintas ciudades europeas. Para ello están preparando las especificaciones técnicas y tecnológicas que deberán cumplir los vehículos y la infraestructura para garantizar una plena interoperabilidad. Los vehículos han de estar preparados para circular en distintos entornos como zonas peatonales, aparcamientos, áreas reservadas de hospitales o campus universitarios o en carriles exclusivos para el transporte público.
El objetivo es transportar de forma segura y cómoda a pasajeros dentro de una red en la que exista una estación de origen y otra de destino. Para ello, los principales requisitos técnicos en seguridad que se exigen son:
Detección de obstáculos: Se debe permitir reconocer objetos estáticos o móviles que puedan representar un peligro para la circulación
Frenos mecánicos: Que permitan la detención segura bajo cualquier circunstancia peligrosa
Para el final del proyecto en el año 2016 se espera, gracias a los resultados obtenidos de las distintas pruebas en entornos reales, poder establecer un reglamento concreto a nivel europeo sobre el uso y aplicación de estos sistemas automatizados de transporte.
Fuente: Tecnocarreteras