El análisis lo ha elaborado Dvuelta cruzando los datos del informe EuroRap-RACE sobre evaluación de la Red de Carreteras del Estado correspondiente a 2018 con los datos publicados por la DGT, el SCT catalán y el Gobierno Vasco sobre la situación de los puntos y tramos de control de velocidad.
Los datos acreditan que el criterio de la siniestralidad no es el principal a la hora de identificar los puntos y tramos en los que hay que controlar la velocidad , al contrario de la doctrina oficial de la DGT, que insiste en que los radares se colocan para garantizar la seguridad vial . Al contrario de lo que se podría pensar, los radares se instalan en aquellas vías con más densidad de tráfico, es decir, donde resulta más fácil hacer caja y rentabilizar los cinemómetros.