Los tradicionales sistemas de semáforos utilizados para regular el tráfico cuentan con un gran problema que los hace ineficientes: Al no poder comprobar en cada momento las necesidades (de flujo de vehículos y personas), muchas veces ocurre que hay semáforos en rojo para peatones, cuando no pasan vehículos, o viceversa.
Para solucionar este problema, en su momento se optó por los tradicionales pulsadores, que permitían a los peatones dar a conocer al semáforo cuándo deseaban pasar, para tratar de agilizar los tiempos. Sin embargo, en la práctica este sistema no es muy eficaz, al no estar toda la red de semáforos adaptada para estas necesidades.
Con el objetivo de buscar un sistema mucho más eficaz, en Viena se a colocar durante el próximo año un nuevo modelo de semáforos inteligentes, que detectan la presencia de peatones (con las cámaras con sistemas de visión artificial integrados), y pueden adaptar la luz del semáforo (rojo-verde) en función de las necesidades del momento.
Además, al ser un sistema dinámico y gestionado centralmente, también puede alargar el ciclo de cualquier semáforo si, por ejemplo, detecta que hay muchos peatones para pasar el cruce, con el objetivo que les dé tiempo a todos. Igualmente, en caso contrario, puede permitir que esté en verde de forma casi continuada el semáforo de los vehículos, para mejorar la fluidez del tráfico.
Sistemas de este tipo, dotados de “inteligencia” que permite que se adapten a las necesidades del momento, serán cada vez más habituales en nuestras ciudades, y seguro que ofrecen un mejor servicio.
Fuente: Tecnocarreteras