Un coche “fallido” no es un mal coche, al menos, no necesariamente. Porque puede que el coche no sea malo sino que, simplemente, los objetivos marcados por su fabricante sean demasiado ambiciosos. Nos vamos a centrar coches sin duda fallidos, que eran buenos coches, pero que no alcanzaron las expectativas y los objetivos que buscaban. En todos los coches os contamos cuál es nuestro argumento para considerar ese coche fallido.