Al adquirir un vehículo, no podrá conducirlo hasta que tenga el seguro obligatorio en regla. Pero, además, si se trata de un coche nuevo y lo quiere proteger con una cobertura amplia, podrá decantarse entre diferentes tipos de seguro. La elección de la póliza se realiza, generalmente, en base al precio que se pueda o quiera pagar, y la cobertura que proporcione.
Antes de contratar un seguro para el coche, deberá comparar bien la oferta de las diferentes compañías, sus precios y sus coberturas.
Existen varios tipos de cobertura:
Terceros: El seguro obligatorio es el que cubre la responsabilidad civil del conductor frente a terceros, incluyendo defensa jurídica y reclamación de daños. Y normalmente, aunque no siempre, seguro de accidente (capital indemnizatorio por fallecimiento e invalidez y asistencia sanitaria –gastos médicos–) y asistencia en carretera. Se puede ampliar con otras coberturas como rotura de lunas, robo e incendio.
Todo riesgo: Es el que mayor cobertura ofrece, si bien no en todas las aseguradoras son las mismas. Cada compañía ofrece sus propios paquetes, variando los servicios que incluye y las indemnizaciones. Algunas no permiten ampliar la cobertura, pero otras sí admiten incluir circunstancias específicas, variando el precio.
Todo riesgo con franquicia: Reduce el precio del ‘todo riesgo’ a cambio de que el conductor asuma una parte del riesgo. Así existe una cantidad de la que se hace cargo el seguro en un siniestro y, por debajo y encima de esa cifra, el desembolso le corresponderá al asegurado.