El pasado año, los fabricantes de automóviles llamaron a revisión en nuestro país a ochenta de sus modelos, según datos del Instituto Nacional de Consumo, porque se les había detectado un defecto de fábrica. Conozca todas las claves que no debe olvidar si su coche es uno de los afectados.
Da lo mismo que usted sea propietario de un Mercedes o un BMW, de un Honda, un Seat, un Nissan, un Renault, un Toyota… Tampoco se librará si dispone de un fabuloso Rolls Royce, un Porsche o un Maserati, porque todos las marcas, en alguna ocasión, han tenido que poner en marcha una campaña de revisión –aunque ellas prefieren llamarlas ‘acciones preventivas’– de alguno de sus modelos, al serles detectada una anomalía de origen, lo que todos conocemos como ‘defecto de fábrica’. El Instituto Nacional del Consumo, publicó en su página web el pasado año 80 alertas, correspondientes a otras tantas campañas de revisión. Hace dos años, Toyota protagonizó una de las más recordadas y alarmantes, al llamar a revisión en toda Europa a 1,8 millones de unidades, de ocho de sus modelos, por un problema en el pedal del acelerador.
Todos los fabricantes están de acuerdo: a pesar del número de campañas que se realizan, ahora se producen menos problemas. de calidad. “Lo que ocurre es que se han incrementado los procesos de control”, apunta Nissan; o “lo que está aumentando es la atención al cliente y la responsabilidad de los fabricantes”, afirma Ford; o también, como subraya Toyota, “estamos buscando permanentemente anomalías y sus soluciones, para que nuestros clientes estén siempre bien atendidos”. Al mismo tiempo, apuntan, que nunca se trata de todas las unidades de un modelo. Así lo señalan fuentes de Opel: “Normalmente están afectadas un número de unidades concretas, correspondientes a una motorización, de un acabado específico, con un equipamiento determinado…”. Además de los controles de calidad en el proceso de fabricación, se realiza un seguimiento de las averías que llegan a sus redes de talleres, y cuando se detecta que un problema se repite o se trata de una avería especial, se pone en marcha un protocolo de actuación para investigar y hacer un seguimiento de esa anomalía, hasta conocer su origen. Y, si fuera necesario, se pone en marcha una campaña de revisión específica.
El propietario de un vehículo afectado se suele enterar al recibir una comunicación del fabricante de su coche o de la Dirección General de Tráfico indicándole que debe pasar por su concesionario o taller oficial. Desde Toyota se explica que para llegar al propietario del coche se siguen las normas establecidas por las distintas Comunidades Autónomas, que son quienes tienen las competencias. Por su parte, en Ford aseguran que ellos tienen tres niveles de actuación en función del tipo de anomalía. Si esta no afecta ni a la seguridad ni a la funciona lidad del vehículo, se realiza un aviso a su red interna, y se van realizando los trabajos en el momento en el que el coche pasa una revisión rutinaria. Cuando el fallo puede dañar la funcionalidad del vehículo, se lanza una alerta y se notifica directamente a los usuarios, para que pasen por su concesionario. “Pero si –explican fuentes de la marca– la anomalía tiene consecuencias en la seguridad, aparte de la comunicación directa y la cita urgente, se recurre a una campaña de comunicación masiva”. Nunca ha ocurrido en nuestro país, aclara el fabricante. Varias son las palabras clave de estas revisiones. Primero, son gratuitas y, además, como subraya Jordi Castilla, miembro del gabinete jurídico de la asociación de consumidores FACUA, “al cliente se le debe dar un plazo proporcional para acudir al taller a subsanar el fallo”. Añade que debe evitarse que sea demasiado corto y “a partir de ahí te cobro”. Advierte que “en ese caso, se trataría de un fraude, que se podría reclamar, porque estas llamadas no deben tener ánimo de lucro”.
Además, afirma Ana Mª Amador, del departamento jurídico de la Asociación de Automovilistas CEA, “estas operaciones tienen la misma garantía que cualquier reparación que se realice en un taller: 3 meses para la mano de obra y 2 años para las piezas nuevas”. Igualmente, señala, “acudir al taller para que comprueben y reparen el vehículo, es un derecho pero también un deber del propietario”. En este mismo sentido, Jordi Castilla afirma que “no es un deber explícito, porque no está regulado, pero en caso de conflicto (por accidente, avería…), si se demuestra que ha sido llamado a revisión y no se ha acudido, se puede considerar que el propietario no ha sido diligente y puede perder sus derechos”.
Fuente: Tráfico y Seguridad Víal