Si nadie me quiere, ¿donde me aseguro?
La ley obliga a todo propietario de un vehículo a contratar como mínimo un seguro que cubra los daños que pueda causar a terceros. Sin embargo, cumplir con esta obligación legal supone para muchos jóvenes conductores una misión casi imposible, ya que las compañías aseguradoras rehusan tenerlos como clientes escudándose en su alta siniestralidad.
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