Recientemente ha aparecido una noticia, en un diario de Lanzarote, en la cual dicen que van a poner un equipo de radar en una carretera en la que se han registrado accidentes. La noticia es la siguiente, y apareció en el Diario de Lanzarote, a fecha 7/8/2007. “Tráfico tiene previsto colocar un radar fijo en la autovía, punto negro de las carreteras lanzaroteñas La Dirección General de Tráfico tiene previsto ubicar un radar fijo en el kilómetro 1,6 de la LZ-2 para controlar los problemas de este punto en el que el desvío de la autovía a la circunvalación de Arrecife se realiza por la izquierda.
Y es que dos de cada tres accidentes que se producen en el kilómetro 1,6 de la LZ-2 son por colisión. Esto supone, según las cifras publicadas por el Centro de Datos del Cabildo, que desde 2003 y hasta el pasado año el 69% de los incidentes se produjeron por choque de vehículos.
Muy por debajo se encuentran las salidas de vía y los vuelcos, que han sumado cuatro cada uno en estos tres años. Por último, en 2003 se produjeron tres atropellos, un hecho que no se repitió en los tres años posteriores.
El principal motivo de esta situación es que en este punto kilométrico se sitúa la desviación de la autovía a la circunvalación de Arrecife. Sin embargo, en lugar de ubicarse a la derecha como es habitual se encuentra a la izquierda, precisamente en el carril que se utiliza normalmente para adelantar.
Ante este problema desde la Dirección General de Tráfico se estudia la posibilidad de colocar en este lugar un radar fijo. De esta forma se espera llevar a cabo un mayor control de la zona para evitar los accidentes.
El análisis del Centro de Datos también refleja que desde 2003 hasta 2006 en este punto se produjeron un total de 33 accidentes que han dejado cuatro fallecidos y 50 heridos de diversa consideración.
Finalmente, destaca que el año más nefasto fue 2005, cuando se produjeron un total de cuatro colisiones que implicaron a un total de 11 vehículos aunque afortunadamente sólo registraron heridos.“
Esto también se da en puntos más cercanos, puesto que es bastante habitual que el día después de que se de un accidente grave en alguna carretera vasca, la Ertzaintza lleve un dispositivo móvil a recaudar a la zona. ¿Qué es, buscando la protección de alguien a título póstumo? Desde aquí no estamos en contra de que existan los radares, sino del uso eminentemente recaudador que se hace de ellos. Se confía toda la política de tráfico en el radar, mientras que multitud de cosas más y menos graves no se controlan.
Aún no he visto una sola sanción a un conductor con menos de 1.6 mm de profundidad en sus ruedas. ¿Dónde están los controles de drogas? No veo multas por llevar a los niños mal sujetos fuera de campaña. ¿Cuándo van a multar a los peatones que circulan por la derecha en los arcenes de las carreteras entre pueblos? Eso son actitudes que ocasionan accidentes y de las cuales nunca se habla. Sólo la velocidad dichosa.
Volviendo al hilo, noticia será recibida con buenos ojos para aquellos que sean “miopes” en cuestión de seguridad vial. Pero es una mala noticia.
Es una mala noticia porque se evidencian muchas cosas. Reconocer un tramo de alta concentración de accidentes, o “Punto Negro” está bien. Pero colocar un radar no llega ni a la categoría de “parche malo”, puesto que los problemas hay que solucionarlos. Es decir, erradicar el punto negro, tras un análisis pormenorizado y neutral de qué ha desencadenado el accidente. Y hay que hacerlo cueste lo que cueste.
Lo que pasa es que arreglar un TCA cuesta cientos de millones y no aporta nada, mientras que colocar un radar cuesta muy poco dinero y se amortiza rápido, aportando un dinero extra a las arcas del estado. Es decir, estamos ante una política reaccionaria, que nos exige un “impuesto revolucionario” ante las cagadas que ellos cometen al construir determinadas infraestructuras.
Porque una cosa es muy cierta. Aún no he visto que una empresa constructora o una ingeniería que ha desarrollado una carretera nueva, se haya visto obligada a indemnizar o a ser inhabilitada de optar a concursos públicos de construcción de carreteras cuando se ha demostrado que obras suyas se han vuelto tramos de concentración de accidentes.
Y ya para terminar, recordar unas palabras del ínclito Pere Navarro, director general de tráfico de españa. “Respetando los límites de velocidad se pueden reducir mil muertes anuales”.
Vamos a desmenuzarlo: si hablamos de que la cifra OFICIAL de fallecidos en 2006 fue de 3016, mil muertes es reducir el número de fallecidos en un 33%. Si a ello añadimos que en este momento, es cuando menos se corre, comparado con épocas anteriores y que nuestros coches son mucho más seguros que hace 10 o 20 años, ¿Esas muertes que potencialmente se reducirían de donde salen?. Porque si yo calculo que con un respeto escrupuloso de las velocidades hoy en día, con los coches que tenemos, las carreteras que tenemos, los hábitos que tenemos, etc. se puede bajar un 10% las muertes, ¿en qué datos miente el amigo Pere? ¿En decir 1000 muertes menos en lugar de 300? ¿O en decir que al año mueren 3000 personas en accidente o en lugar de 10.000? Yo creo que es más lo segundo que lo primero, y que le ha traicionado el subconsciente.
Un saludo!!
agradecer a nuestro lector habitual agomez por destaparnos esta noticia que nos ha invitado a la reflexión
Gracias a vosotros por publicarla en vuestro blog, y hacerla extensiva a cuantos mas lectores. saludos
Por una política de tráfico, racional y coherente.
NO A LOS «DESVARIOS» Y A LA INCOMPETENCIA DE PERE NAVARRO! BASTA YÁ! DIMISIÓN… O CESE!