Claro, era un coche oficial

La mañana del viernes 29 me dirigía a Sitges por la autopista de Castelldefels C32. Circulaba a unos 84 km/h por el carril de la izquierda cuando de repente un coche de marca alemana, con cristales tintados y antenas inhibidoras de frecuencia (cuya matrícula pude tomar posteriormente) me empieza a dar las largas para que me aparte y así lo hago; inmediatamente después, todos los coches que iban en ese carril van apartándose uno a uno y entonces el coche en cuestión empieza a acelerar hasta que lo perdemos de vista.

Autor: Menchu de la Serna

Yo no puedo ir a más de 80, él sí

La única conclusión que puedo extraer es que yo desde el 1 de enero no puedo circular por esta autopista a mas de 80, pero este coche, que casi con toda seguridad es oficial y casi con la misma seguridad llevaba un político en su interior, sí puede circular a velocidad superior a la establecida en la vía e increpar a los conductores sin mantener la distancia de seguridad.

No me parece correcto, aquí tenemos que cumplir todos con las normas de circularon establecidas, ¿o es que este coche no contamina ni puede causar accidentes?

Fuente: http://www.20minutos.es/carta/356429/0/velocidad/coche/oficial/

Autor: Otros
Autores diversos.

5 ideas en “Claro, era un coche oficial

  1. Un ejemplo mas como el que vimos en A3 donde Peré Navarro, gallardón, etc iban a 140 en limites de 70… pero no pasa nada, ellos están por encima del bien y del mal…

  2. ¿Y de verdad os cobran peaje por utilizar una autopista en la que no os dejan pasar de 80? Eso es lo que más me choca.

  3. Entrada de Barcelona por la Ronda del Litoral. Más o menos las doce del mediodía (tráfico fluido, pero tráfico al fin y al cabo). Circulo con un saxo comercial por el carril central a mis 80 km/h. De repente, veo unos destellos por el espejo izquierdo. Ah, bueno, es un coche de la secreta. No pasa ná.
    Menos mal que me dió por mirar por el retrovisor interior. Justo detrás mío tenía otro coche de la secreta haciendome luces y sacando la mano por la ventana haciendome señales de que me apartara o me quitaban ellos, pues no frenaban.

    Sin más remedio que evitar la inminente ostia, me voy a la derecha sin siquiera mirar por el espejo (no me daba tiempo, que me embestían). Menos mal que no venía nadie.

    En fin, entre el primer coche descrito y el animal que casi me mata, andaba un coche que en vez de matrícula trasera llevaba una coronita muy mona. No recuerdo si detrás llevaba otro coche, hace ya tiempo de ésto, pero sigo teniendo la misma indignación que aquel día.

    A mi me da lo mismo que sea el rey como que sea el papa. Tanto me da, pero que respeten la vida de los demás.

    Perdón por el tocho.

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