Cada vez son más los conductores vascos que se arriesgan a utilizar mecanismos ilegales de detección de radares de velocidad, una práctica que puede acarrear la pérdida de dos puntos del carné de conducir, además de una sanción económica de 150 euros.
Así, mientras que durante todo el año pasado la Ertzaintza tramitó 514 denuncias contra conductores que portaban este tipo de aparatos, sólo en la primera mitad de este año ya se han alcanzado las 657 denuncias.
Estos mecanismos, comúnmente conocidos como antiradares están expresamente prohibidos por el artículo 18,3 del Reglamento General de Circulación.