El bombero «Yo no he sido»

Esta es una historia metafórica sobre un pueblo y como este se va al garete si San Apapucio bendito no lo remedia… Esto era un pueblo donde nunca nada ocurría, donde los habitantes del mismo se dedicaban a intentar llegar a final de mes como podían entre “pan y toros”, discutiendo todo el día de temas importantes, como el peinado de la señora alcaldesa o si el concejal había dejado propina.

Pero mira por donde, en este pueblo, había un grupo de “listillos” que con cerillas se dedicaban a jugar, y claro como este pueblo todas sus casas eran de madera y adobe, pues de tanta imprudencia y tanto juego con fuego, un día, provocaron un incendio descomunal, ardiendo todas las casas de la gente humilde, desde la primera hasta la última.

Alarmados por tal situación, llamaron al parque de bomberos, y el jefe de bomberos Zanta Panza cogió el teléfono…. ¿dígame?
¿Bomberos? Mire usted, que el pueblo esta ardiendo por los cuatros costados.
Eso es falso (replico Zanta Panza) yo estoy aquí en mi casita de papel, entre nubes y todo es maravilloso, y no huele ni a humo ni na.
Pero mire usted, que le digo que el pueblo está ardiendo.
Que no, que es usted un alarmista y mis amigos (los de las cerillas) y yo le decimos que todo va bien, es usted que nos increpa…
Y fue y le colgó.

La gente del pueblo no daba crédito a lo que acababan de oír, sin embargo, la mitad del pueblo, grandes amigos de Zanta Panza dijeron “si lo dice nuestro amigo será verdad” y se pusieron contentos alrededor de sus casas ardiendo a asar chuletitas.

La otra mitad, no sabían que hacer, con sus mangueras de jardín intentaban apagar como podían su fuego, pero era inútil, necesitaban los medios que el parque de bomberos tenían, pero estos estaban mas preocupados en discutir sobre una moción para pintar los coches de bomberos de verde fosforito en vez de rojos, porque era muy machista y xenófobo el rojo.

La situación del pueblo cada vez era peor, el incendio era ya de proporciones bíblicas, la gente se estaba quedando sin casas, y volvieron a llamar al parque de bomberos, ya encrespados…

Mira Zanta Panza (decía uno de los vecinos) el pueblo arde, esto no hay quien lo pare, necesitamos medidas YA… a lo cual Zanta Panza respondió:
Bueno bueno, no es un incendio, es simplemente un “recalentamiento” de la vivienda…
Manda webs (dijeron los vecinos), algunos acólitos de los que asaban chuletas se dieron cuenta que efectivamente, aquello era algo mas que una barbacoa de verano, y empezaron todos a ponerse nerviosos…

De golpe y porrazo, Zanta Panza recibió un telefonazo del jefe de bomberos de un pueblo cercano:
Zanta Panza, el valle se quema, nuestro pueblo arde pero mira, desde el principio pusimos las bombas de agua a funcionar y estamos apagando poco a poco el incendio…

Entonces fue cuando Zanta Panza vio que había metido la pata hasta el fondo, pero resulta que como los coches de bomberos no estaban operativos puesto que estaban en el taller pintándolos de verde fosforito, mandó a sus ayudantes con 2 cubos de agua y un sifón a intentar apagar el incendio.

El pueblo se indignó… ¿ahora vienes a tomar medidas cuando llevamos un montón de tiempo diciendo que esto se quema?
Y Zanta Panza, con la pachorra que le caracteriza comentó:
Soy consciente de la situación, y ya estamos tomando medidas… hemos traído 2 cubos de agua y un sifón.
Pero eso no sirve de nada (contesto la gente)
Y salió su ayudante, Pedro Sobre, diciendo que estas eran todas las medidas que se podían tomar… y que ya estaban tomadas y que eran cojonudas…

Pero no coló, las casas se derrumbaban, la gente perdía todo… y empezaron a exigir responsabilidades…

Y Zanta Panza se excuso:
La culpa no es mía, es de los que jugaron con cerillas.
La culpa no es mía, es del anterior jefe de bomberos por tener pintados los coches de bomberos de rojo en vez de verde fosforito.
La culpa no es mía, es de la gente del pueblo por tener casas en vez de tiendas de campaña.
La culpa no es mía, es de la gente del pueblo que no apoya y es derrotista.
La culpa no es mía, es de todos los pueblos del valle que también están ardiendo.

En fin… la culpa no es suya, como él no ha prendido fuego a las casas, aunque sea bombero, parece ser que no tiene la responsabilidad de apagar los incendios, y en su lugar vamos a hablar del color de los coches de bomberos.

¿Cómo acabará este cuento? La verdad es que no lo se, pero las últimas medidas indican que, según los grandes asesores de Zanta Panza, y sus amigos, si, aquellos de las cerillas que causaron todos, la solución para que no vuelva a ocurrir un incendio es que la gente, no tenga casas, sino viva a la intemperie, porque así, seguro, no se quema nada…

Pueblo pueblo…o mejor dicho, país país.

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