El Ayuntamiento de Bilbao anula 1.868 multas por un fallo en un radar

El Ayuntamiento de Bilbao ha indultado a los conductores que a finales de verano pasaron por la avenida Zumalacárregui a más velocidad de la permitida, 50 kilómetros por hora. No porque se muestre compasivo ni haya cambiado su política de seguridad vial, sino porque un fallo técnico de los radares ha invalidado el procedimiento sancionador. En total se han anulado 1.868 multas impuestas entre el 24 de agosto y mediados de octubre de 2009. Unas 700 personas ya han pagado, por lo que se les devolverá el dinero en febrero, y el Consistorio ha garantizado que en ningún caso se quitarán puntos del carné a los afectados.

Fueron los propios infractores los que alertaron a las autoridades municipales a finales de septiembre de que algo raro ocurría con los radares de Zumalacárregui. Los empleados están acostumbrados a escuchar todo tipo de excusas para eludir una sanción, pero había una muy concreta que se repetía en varios recursos. La hora que figuraba en la denuncia no coincidía con el momento en que el destinatario había pasado por la zona. Se daban casos inverosímiles, fotos nocturnas de conductores supuestamente ‘cazados’ a las tres de la tarde.

Pronto se comprobó que había un fallo en el dispositivo que registra la hora de la infracción. El error sólo podría haber sido subsanable si el desfase hubiera sido el mismo en todos los casos, según explican fuentes del área de Seguridad. Pero los desajustes no seguían un patrón y se producían en ambos sentidos, por lo que ha habido que anular todos los procedimientos sancionadores. «En cuanto tuvimos constancia de lo que ocurría, paralizamos las denuncias del radar para que los expedientes fueran impolutos, con garantías para el ciudadano», aseguran.

Los cinemómetros, una vez reparados, volvieron a cumplir su función a mediados de octubre. El Ayuntamiento cree que la avería se produjo durante el verano, cuando se decidió retirar los equipos los viernes y volver a colocarlos los lunes para protegerlos de los actos vandálicos. Los sabotajes ocasionan pérdidas considerables en materiales tan sensibles, como se comprobó poco después de que entraran en funcionamiento. En octubre de 2008, apenas un mes después de su estreno oficial, varios desconocidos prendieron fuego al radar situado en Ibarsusi tras verter gasolina por una ranura de la carcasa. Los bomberos tardaron tres horas en apagar el incendio y el aparato, valorado en unos 70.000 euros, quedó siniestro total.

El año pasado se registraron nuevos daños, en concreto tres roturas del cristal de la cabina entre abril y agosto. Fue entonces cuando se decidió dar ‘vacaciones’ a los radares los fines de semana, especialmente propicios para los sabotajes, aprovechando el descenso del tráfico que se produce en verano. Lejos de agradecer el descanso, tanto trasiego no sentó bien a los equipos, que se desajustaron. Ahora funcionan de forma ininterrumpida y se van a colocar cámaras de vigilancia para disuadir a los vándalos.

El proceso de devolución también ha sufrido un percance. El Ayuntamiento lo aprobó en noviembre y reservó 112.409 euros para hacer los pagos, pero las cartas de abono no llegaron a tiempo a sus destinatarios. Los bancos acabaron devolviendo el dinero al Consistorio, y el área de Hacienda ha tenido que iniciar de nuevo los trámites. Los afectados recibirán en febrero el documento con el que su entidad bancaria hará el reintegro, en efectivo o mediante un ingreso en su cuenta.

Fuente: Correo Digital

Comentario de AntiRadares Blog

¿Porque nos extrañan este tipo de noticias?, ¿igual porque estamos acostumbrados a que las multas se cobren por cojones si es necesario?.

Autor: Otros
Autores diversos.

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