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Tenemos ya publicados los radares que mas han multado en Euskadi, concretamente en el TOP3 está el radar mas multón en cada provincia. En general estas cosas no me llaman la atención demasiado ya que radares que recaudan mucho hay bastantes, pero esta vez vamos a hacer una revisión rápida aunque solo sea a modo de curiosidad al respecto. Euskadi es una zona de bastante intensidad recaudatoria aunque no estamos en el peor sitio precisamente, los hay mucho peores.

Un informe de la DGT revela que Madrid fue la ciudad que más puntos quitó a los conductores en 2022, con 412.000, el 25 por ciento del total nacional. La mayoría de las multas fueron por saltarse el semáforo en rojo, lo que supuso un ingreso de 16,2 millones de euros para el ayuntamiento. Las ciudades españolas sancionaron en 2022 a 431.620 conductores con la pérdida de 1,6 millones de puntos, según la DGT.

AEA ha verificado que en ningún tramo de la antigua carretera de El Plantío (hoy Avenida de la Victoria) existe señalización alguna que advierta que el límite de velocidad que rige en esa vía es de 30 km/h., ya que la inmensa mayoría de automovilistas que circulan por ella consideran que el límite permitido es de 40 Km/h, o incluso el inveterado de 50 km/h., porque en su inicio dispone de dos carriles de circulación.

El Ayuntamiento de Madrid ha formulado durante los primeros meses de 2023, un total de 1.373.147 denuncias de tráfico por un importe de 179.302.890€, según se refleja en el último informe elaborado por la organización de defensa de los conductores, Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que ha radiografiado las denuncias de tráfico formuladas por el consistorio madrileño durante el primer semestre de 2023.

Últimamente nos están bombardeando los medios con que el medidor de tramo instalado en Trabakua, cuya velocidad máxima es de 60 km/h, se ha currado 7000 multas en su primer año sancionando. Este medidor de tramo aunque si puede ser correcta su instalación, ya que puede ser una zona problemática, personalmente tengo mis mas serias dudas de que la cosa estuviera como para poner 60 km/h de velocidad máxima en la vía.

Que la DGT es una fuente inagotable de ingresos para las arcas públicas no es ninguna novedad. Prueba de ello son los millones de euros que recauda cada año por multas de tráfico, al margen de otros ingresos por tasas y otros conceptos. El año pasado el organismo encargado del tráfico en nuestro país puso más de 5,5 millones de multas, un aumento del 15,6% respecto al año anterior, o lo que es lo mismo, recaudó más de 507 millones de euros.

Según cálculos de AEA, en los últimos tres años el Servei Català de Trànsit ha podido imponer cerca de 100.000 multas con importes y detracción de puntos superiores a los establecidos en la Ley de Seguridad Vial. El Juzgado de lo Contencioso-administrativo nº 2 de Barcelona reduce el importe de una multa de 300 € a solo 100 €, anulando además la detracción de dos puntos impuestas a un conductor, porque Trànsit no aplica correctamente el “margen de error” que tienen los radares utilizados para captar los excesos de velocidad.

Varias resoluciones dictadas por Euro Parking Collection (EPC) en contestación a las reclamaciones realizadas por AEA han dado la razón a nuestros socios al anularles las multas que les impusieron por circular sin pagar por vías de Londres sujetas al pago de tasas urbanas.

Durante el año 2022, los radares de la DGT formularon 3.704.675 denuncias por exceso de velocidad. Ello supone un incremento del 21,2% sobre las realizadas en el mismo periodo del año anterior (3.056.437), según revela un estudio realizado por la organización de defensa de los conductores Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que atribuye este hecho a la activación de nuevos radares.

Los controles de tráfico en las carreteras españolas son cada día más habituales, especialmente los encargados de detectar el consumo de alcohol y drogas de los conductores. Recientemente, una sentencia judicial ha abierto la posibilidad de anular multas por consumir drogas debido a errores de la DGT. En estas épocas del año, donde se realizan innumerables cenas navideñas familiares y empresariales, se hace más importante que nunca un control exhaustivo de las carreteras para asegurar que los conductores no conduzcan bajo los efectos del alcohol o las drogas.

Lo que empezó originalmente, según algunos medios, como una estafa con multas falsas en Madrid, en la zona de Carabanchel, ha acabado en que no era estafa. Al final es lo de siempre, algunos periodistas de este país son tan penosos que no se molestaron ni en leer el código QR que había en las presuntas multas. Si hubieran leido el código habrían visto que no era estafa y lo que se esconde detrás de esto se cree que es mas bien una protesta por parte de algunos vecinos de la zona hartos de ver coches mal aparcados.