Más de 2.000 conductores de Euskadi han perdido todos los puntos en el último año. ¿La principal causa? El exceso de velocidad. No sólo eso. En los últimos doce meses cerca de 35.000 automovilistas vascos han sido multados por ello. Las cifras son de por sí contundentes, pero más si se comparan con el resto de España. El primer informe global desde que se pusiera en marcha la nueva normativa de tráfico, con comparativas de las diferentes comunidades, desvela que el País Vasco se sitúa a la cabeza en número de ‘fitipaldis’.
El estudio de la confederación nacional de autoescuelas, elaborado por el Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial, constata que el País Vasco lidera el ránking de infracciones por exceso de velocidad (representan el 66% de todas las sanciones impuestas en la comunidad). Le sigue Castilla y León, con un 63%, muy por encima de la media estatal (46%). Por el contrario, los conductores de Canarias son los menos proclives a pisar el acelerador cuando no deben (19,4%).
En lo referente a las sanciones por la utilización del móvil, la media nacional es del 30,7 %, alcanzando su máximo en Asturias (40,3%), Castilla y León (38%) y Madrid (37,2%). El mínimo se encuentra en Castilla-La Mancha (15,8%).
Según desveló el catedrático de Seguridad Vial y director del estudio hecho público ayer, Luis Montoro, los conductores casados cometen más infracciones por usar el teléfono y exceder los límites de velocidad, mientras que los solteros lo hacen por superar la tasa de alcohol permitida.
A pesar de las numerosas campañas informativas, hay todavía un gran número de automovilistas que agota todos sus puntos y «no se entera», por lo que debe asistir a los cursos de recuperación total, un trámite más caro, que se alarga en el tiempo y al que hay que sumar un examen final. La mayoría de los conductores que realizan estos cursillos son hombres, de entre 26 y 40 años y con estudios secundarios.
Más del 90% de los alumnos que han pasado por ellos, de entre 12 y 24 horas de duración -en función de si es para una recuperación parcial o total de créditos-, dicen que adoptarán comportamientos más seguros en la conducción. En estos cursos, que cuestan entre 186 y 351 euros, intervienen desde profesores de autoescuela a psicólogos y víctimas de accidentes de tráfico. A lo largo de este año, según las previsiones, más de 60.000 conductores españoles van a tener que asistir a estas clases.
Fuente: Diario Vasco